Días desastrosos, días de cacería.

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Capítulo anterior.

Oigan, esperen... ¿qué pasará con los niños? Hiccup, debes llevar a Zephyr a la escuela, debes ir a trabajar.

—Y Heather en unas horas vendrá, Astrid tienes que aguantar, tienes que hacer entregas el día de hoy.

—Stormfly ¿qué parte de estoy agotada no entiendes? —replicó Astrid a medio camino de las escaleras, y siguió subiendo sin importar las críticas de su guía.

—Que Zephyr falte a la escuela, Toothless puedes cubrirme en el trabajo. —dijo el adormilado Hiccup en el sillón que ya se había abrazado a una almohada y cubierto con una frazada para dormir.

—Hiccup...—replicaría Toothless aquella orden, pero había sido demasiado tarde, su amo se había quedado dormido, y Hofferson se había escabullido en el segundo piso de la casa.

Los guías se miraron preocupados, a su manera de ver las cosas, los planes de sus amos no estaban funcionando, y eso, a ellos les estaba perjudicando.

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Capítulo 16.

Días desastrosos, días de cacería.

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Viernes 30 de noviembre 2018, 06: 35 a.m.

—Esto se está saliendo de control. —comentó el consternado Toothless aun sin poder creer que a su amigo se le hubiera hecho fácil dejarle toda la responsabilidad a él y a las guías.

—Te lo advertí Toothless, sabía que esto pasaría. —gruñó Stormfly furiosa.

—Pero... ¿qué podemos hacer? —preguntó Alúmini. —Lamentablemente para nosotros, ellos no durmieron en toda la noche, obligarlos a hacer sus quehaceres como quiera sería una estupidez.

—Entonces ¿cedemos? ¿Así de fácil? Si lo hacemos ellos nunca se harán cargo de sus responsabilidades y nosotros jamás podremos hacer nuestras vidas.

—Estoy muy consciente de ello Stormfly, créeme. —bufó la exhausta albina. —No sabes cuánto me ha afectado eso. —pensó viendo disimuladamente a su pareja.

—¿Y ahora qué? —preguntó Toothless.

—¿Toothless, Stormfly, Alúmini? — se escuchó de repente al pie de las escaleras.

Los guías resoplaron con cansancio al ver que Zephyr y Nuffink, ambos aún con sus pijamas puestas, eran ignorantes de lo que había sucedido con sus padres.

—Ni modo, creo que nos toca atenderlos. —susurró Stormfly entre dientes antes de cambiar su semblante a uno más amable, para que los niños no se preocuparan por la ausencia de sus irresponsables padres.

—Yo comenzaré a hacer el desayuno. —se rindió también Alúmini y se fue dejando solo a Toothless quien, aún pensante, no podía quitar la vista de su descuidado amigo.

—Y yo supongo tendré que hacer el resto. —dijo este en un resoplido, y rendido se dispuso a seguir a su pareja para ayudarle en lo que pudiera.

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Horas atrás.

Después de haber caído y escapado del ataque del perro del infierno, el par de hechiceros había quedado suspendido en la orilla de los fierros que comprendía una parte de las paredes del mirador. Astrid había enterrado a Sky entre la edificación para hacerla de su sostén, y con su otra mano sostenía la mano de su aliado.

La maldición que nos une (TERMINADA)Where stories live. Discover now