60. Vinagre en casa de una sardina

1.6K 317 380
                                    

Los rayos de luz pasaban a través del cristal de la ventana golpeando sus ojos entrecerrados. Sinceramente, Xie Lian no tenía ni un ápice de fuerza para levantarse. Tenía demasiado sueño, no había sido capaz de dormir en toda la noche. Por más que cerrase sus ojos, no podía relajarse. Las constantes dudas que acechaban su mente lo mantuvieron en vela prácticamente toda la velada.

Por lo menos, en lo referente a Shi QingXuan pudo tomarse un descanso. Afortunadamente Shi WuDu le mandó un mensaje diciéndole que el Maestro del Viento se hallaba bien, pero no volvería inmediatamente ya que quería dejarlo descansar unos días después de un chequeo intensivo.

Como era de esperar, el castaño también aprovechó para preguntar al Maestro del Agua si algo grave le había ocurrido al de verde puesto que había escuchado rumores de un supuesto acoso. Sin embargo, la respuesta nunca llegó.

En la mañana, Xie Lian se quedó un rato mirando hacia la ventana. Justo en la repisa se hallaba aquella blanca flor que le regaló Lluvia Sangrienta el primer día que se conocieron...

Ah, sinceramente, cada segundo que pasaba pensando acerca de ese apuesto hombre ataviado en rojo sentía que estaba un milímetro más cerca de perder la cordura.

¿Por qué todo aquello que rodeaba a San Lang era tan confuso?

.

.

.

Había pasado más de media jornada, y Xie Lian sentía que estaba completamente para el arrastre. Como Shi QingXuan no estaba con él, no se molestó en cocinar algo de desayunar para sí mismo y ahora le tocaba sufrir las consecuencias. Para colmo, tampoco encontraba a Hua Cheng. ¿De verdad iban al mismo instituto?

Por supuesto, sabía que en el papel acudían al mismo centro e incluso al mismo curso, ¡pero en la práctica realmente parecía que fueran a colegios distintos! ¿Por qué nunca podía encontrarlo? ¡Tampoco era un edificio tan grande!

El reloj marcaba la mitad del segundo descanso cuando divisó a un chico solitario. Xie Lian nunca hablaba con otros compañeros, pero al ver que estaba solo decidió acercarse pensando que quizá tendría una pequeña oportunidad.

— Hey, em... ¿Sabes dónde podría estar San-... Lluvia Sangrienta? —, preguntó si bien inseguro con amabilidad. La figura de Hua Cheng era conocida por todos (a excepción de él en un comienzo), por lo que sería extraño que no supiera de quién hablaba.

— ¿¡Ha!? ¿Qué demonios quiere un hazmerreír como tú con el presidente del consejo? —, contestó ofensivamente aquel chico. — Piérdete, escoria.

Y con ello, aquel chiquillo se fue.

Xie Lian únicamente suspiró. ¿Por qué seguía intentándolo?

La campana sonó marcando el final del receso, por lo que no perdió más tiempo en regresar al aula. Por lo menos, pronto podría relajarse.

Tenía en mente escaparse pronto de la clase para esperar al de rojo a la salida, pero su suerte — cómo no —, decidió no acompañarlo. En la última hora, el profesor castigó al grupo dado que un ruidoso compañero empezó a molestar.

El de blanco salió casi media hora tarde, por lo que evidentemente perdió toda esperanza de ver a Hua Cheng y decidió regresar a casa.

En el camino de vuelta, en una de las veces que le dio por prestar atención a sus alrededores para distraerse de sus pensamientos, su vista se encontró con la de un niño pequeño y harapiento, que lucía como si estuviera vendiendo sus únicas y pobres posesiones en la acera.

· Heaven School Blessing [HuaLian]Where stories live. Discover now