15. Versos para "Su Alteza"

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Xie Lian miraba con brillantes ojos a Hua Cheng. Se hallaba expectante ante la situación, sea lo que fuera que eligiera, probablemente descubriría alguna faceta que desconociese de él.

Si era una pregunta, dado que azabache y carmesí eran amigos, sabría dónde cuestionar para ponerle en un pequeño entredicho, ¿cierto? Por otro lado, si se daba el caso del reto, seguro que acabaría riéndose con lo que pasara. Hua Cheng se había mostrado muy elegante ante él hasta ahora, y aunque le fascinaba esa parte de él, tenía ganas de ver su lado cómico.

Sacándole de esa pequeña incertidumbre que le acongojaba, Hua Cheng dijo sin dejar de observarle, — Claramente seguiré el ejemplo de gege y escogeré un reto.

Xie Lian comentó sonriente, — Ahh... me alegro de que San Lang también se haya atrevido.

He Xuan por su parte solo suspiró. Pensar cualquiera de las dos opciones ya era malo, pero idear un reto era incluso peor. Generalmente, todo el mundo contaba con algo en mente para ordenar a sus amigos, siendo esto siempre algo como: "Besa a X", "Quítate no se qué prenda", "pasa tanto tiempo con X en una habitación oscura a solas", etc. Sin embargo, ¡Él no era así! Ese tipo de cosas no llamaban en absoluto su atención y le parecían de lo más absurdas. Además, Hua Cheng y él no mantenían una amistad de esas en las que siempre había uno picando al otro. No, era una relación sana de esas en las que se conversa tranquilamente y si era menester podían pedirse favores sin esas típicas habladurías que la gente solía decir del: "entonces me deberás... lo que sea".

Ya habían pasado un par de minutos y no se le ocurría nada. No era bueno ideando cosas que desencadenaran en socializar, pero a ello se le sumaba el molesto Shi Qing Xuan que se había pegado a él y no le soltaba. Bajo esas circunstancias le era aún más difícil pensar.

Mientras tanto, Hua Cheng y Xie Lian habían empezado a platicar de sabe-quién-qué. Si ni siquiera prestaba atención a lo que el chico que había tomado la libertad de reposarse en él contaba, se interesaría por lo que esos dos hablaban... No obstante, era imposible para su mente ignorar todo al cabo de dos minutos si no fueron más oyendo continuamente cosas como: "¡San Lang!", "Ah... San Lang es...", "¡Oh! ¿en serio San Lang?", "¡Vaya, San Lang!" y sus respectivas respuestas de: "Gege no-se-qué", "gege esto", "gege lo otro"...

Ahora mismo podía notar un tic en el ojo del estrés que había supuesto para él ese incesante murmullo. Algo molesto, soltó, — En lo que queda de día, cada vez que ese que tienes al lado diga: "San Lang", en lugar de contestar: "gege lo que sea" tendrás que dedicarle una cita literaria.

Hua Cheng sonrió satisfecho. En el momento en el que He Xuan se percató del por qué de ese gesto, no sabía si reír o llorar. Si ya había acabado agobiado del meloso ambiente que rodeaba a ese par, acababa de dar rienda suelta a la cursilería de Hua Cheng.

Por su parte, en cuanto Xie Lian escuchó aquel desafío dijo descuidadamente, — Ah... Pero encontrar una cita para cualquier situación y de una forma tan improvisada... Es por mí que San Lang escogió reto... Lo siento

Si fuera él quien tuviera que hacerlo, a pesar de ser gran amante de los libros, no sería capaz. ¿Cómo podría recordar una frase apropiada para cada momento?

El de rojo no tardó ni diez segundos en responder con una suave voz, — "No es culpa, no, de tu beldad divina".

Era plenamente consciente de que Hua Cheng solo decía eso porque era parte del verso que había escogido, mas no pudo evitar ruborizarse levemente. Era un elogio hermoso, y se lo había dedicado de una manera extremadamente natural.

Tímidamente dijo, — A-Ah... San Lang... ¿No te apena decir eso? Me refiero... siendo que no es cierto....

Hua Cheng se mantuvo en una posición relajada. Su cabeza ligeramente inclinada, apoyándose en una de sus manos mientras le miraba dulcemente. — "Tú eres la sola verdad de mi vida"

Involuntariamente, blanco y rojo se habían encerrado en una burbuja de ñoñerías, era como si se hubieran olvidado de que todavía había gente alrededor de ellos, que estaban en la cafetería, y que seguían en el instituto.

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¡Buenas a todos/as!

Ah... Estas semanas me están matando con el trabajo... Me gusta actualizar dos veces a ala semana, pero es probable que a partir de ahora tenga que reducirlo a una...

Siento que esta parte no quedó demasiado bien, pero igualmente, espero que les haya gustado, o al menos, sacado una sonrisa. Recuerden que si así fue pueden dejar una 🌟 o comentario, que motivan enormemente. Y si les encantó, siempre pueden seguirme <3

— Nos leemos, ¡cuídense mucho y permanezcan en sus casitas!~

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(Notas:

La primera cita ("No es culpa, no, de tu beldad divina") que tomó Hua Cheng es de Alberto Lista, en su poema "A Delia"; la segunda ( "Tú eres la sola verdad de mi vida") es de Amado Nervo en "El resto, ¿qué es?". 

En la primera, "beldad" es una palabra que, al menos para mí, es poco frecuente. Hace referencia a la belleza de las personas. Se suele usar para referirse a las mujeres, pero no me lo tengan en cuenta, ¿sí? ^^"... Me estuve debatiendo entre varios versos y era el que mejor sonaba....

[Después de este capítulo deberían ver mi habitación con todos los libros de poesía en la mesa...])

· Heaven School Blessing [HuaLian]Where stories live. Discover now