· Heaven School Blessing [HuaLian]

73. Polinizar a la Flor de 'energía demoníaca'

De no ser porque casi podría morirse entre el repentino placer que al de blanco le había parecido concederle tras más de ocho años penando por él en cualquiera de sus sentidos no creería que lo que estaba experimentado fuera plenamente real.

¿En qué momento la 'curiosidad' de Su Flor había mermado sus sentidos hasta tal punto? ¿Cuándo había descubierto esa punta y cómo diablos seguía vivo después de ser no solo tocado sino besado en aquella zona?

Ahh.... pero inocente de él si creía que quedaría ahí. 

Sin un descanso para acomodar todos los pensamientos que cruzaban su mente, notó cómo su parte más íntima era invadida por algo tan suave como o placentero a la vez que húmedo y angosto. De vez en cuando dolía un poco, pues algo ligeramente afilado lo rozaba torpemente en tan sensible zona.

......

Xie Lian estaba nervioso. EXTREMADAMENTE nervioso.

¡¡¿CÓMO HABÍAN LLEGADO A ESTE PUNTO?!!

Para ser sincero, estaba empezando a dudar si seguía haciendo esto con el mero propósito de ayudar a su 'amigo' o porque él mismo deseaba experimentar todas estas locuras con Hua Cheng.

Cada vez que sus miradas se encontraban los colores subían por sus mejillas. Lluvía Sangrienta hacía verdadero honor a su nombre, y él.... bueno, hacía tiempo que el rojo se había vuelto su color predeterminado al estar frente a este hombre. Probablemente esa era la razón por la que pese al enorme bochorno no lograba apartar sus ojos de los del contrario mientras movía su boca de esa indecorosa manera.

Hua Cheng estaba cada vez más convencido de que si él era un Rey Demonio, Xie Lian era la Reina del Inframundo que gobernaba a su lado conjuntamente; o si en el infierno no había problema con repetir un mismo título: su angelical Rey Demonio entusiasta de desesperarlo.

¡Con suerte alcanzaba a ver las imágenes que captaban sus ojos sin que pareciera que un filtro de desenfoque había sido aplicado tras tomar aquel bollo como para empezar una lucha por la conciencia ante el placer!

Si el paraíso existía debía ser esto. En el caso de que Xie Lian fuera un mítico Dios Marcial no tendría un Palacio Dorado, directamente lo transportaría a una Arcadia Dorada. Quizá no sabía cómo mover conjunta y adecuadamente sus manos y boca para despertar los instintos más primitivos de un hombre, pero tampoco necesitaba aprenderlo para sacarle decenas de respiros llenos de afán por controlarse.

En uno de sus intentos por no dejarse llevar más de lo que ya estaba permitiendo que sucediera había mordido su labio inferior. En lo que no había pensado era en que Xie Lian lo obligaría a esforzarse tanto por mantener la boca cerrada que empezaría a precipitar sangre.

Tras haber cruzado la barrera de ser succionado en esa parte por la delicada e inexperta boca de su amado creía que nada más lo alteraría cuando este le dio otra de sus gratas sorpresas.

Podría soportar que sus suaves manos jugaran con sus testículos o miembro como bien quisiera, o que la dulce boca de Xie Lian lo engullera sin cuidarse de rozarlo con sus dientes; pero si metía en juego su lengua para lamerlo no solo a lo largo sino concentrarse maquiavélicamente en su punta ya comenzaba a rozar el límite de su tremendo aguante.

— A-AlTezA... —, llamó entre gemidos, dejando que volviera a pasar la voz por sus labios. Pretendía advertirle una vez más cuando el placer lo ahogó de nuevo — NgHh.... G-GegE....

— ¿Mngh? — El castaño miró hacia arriba al ser reclamado por su azabache. Estaba seguro de que estaba dando la peor de las imágenes, pero jamás se había preocupado por su aspecto, no iba a empezar ahora...... ¿o sí?