· Heaven School Blessing [HuaLian]

30. Una promesa a Lluvia Sangrienta

— ¿De verdad crees todo eso? — La voz de Hua Cheng era bastante grave, por lo que cuando hundió la cara entre sus piernas y murmuró aquello, claramente pudo sentir una vibración.  

Xie Lian se rió por lo bajo antes de declarar, — No es solo que lo piense, eres objetivamente bueno en todo.

Al principio estaba seguro de que se había puesto extraño porque lo incomodó con alguna de sus palabras. Sin embargo, ahora que sabía dónde residía el problema, ¡casi no podía creerlo! ¡Hua Cheng no pensaba bien de él mismo! Ahora que lo había elogiado, incluso usó su regazo para esconderse. Para Xie Lian esto fue un gesto indudablemente tierno, y no dudó en arroparlo como pudo. No obstante, había un pequeño rastro agridulce en ello...

Si alguien tan excepcional no se tenía en buena estima, ¡¿qué se suponía que era un tipo común y corriente como él?!

De repente sintió otro hormigueo procedente de ahí abajo, — Gege es mucho mejor...

No era como si le molestara, pero era una sensación peculiar. Así que, con cuidado, posó una de sus manos entre el mentón y la mejilla del contrario para alzar su cabeza. Sin embargo, el de rojo se mostró reticente a ello. Era como si estuviera demasiado avergonzado para establecer contacto visual.

Un par de risillas salieron de la boca del de blanco. Hua Cheng solía mostrarse como alguien fuerte y misterioso. Por lo que ahora que estaba viendo su lado melindroso, unas terribles ganas de achucharle empezaban a invadir su corazón. No era como si Xie Lian fuera una persona extremadamente cariñosa y entusiasta de los abrazos, esa descripción encajaba mejor con Shi Qing Xuan. Mas podría decirse que tenía una debilidad con esas actitudes mimosas. No obstante, debía contenerse para no incomodar al otro.

Una vez más, trató de subir la cabeza del azabache, — San Lang, me estás haciendo cosquillas.

En cuanto mencionó aquello, Hua Cheng obedeció. Era como si saber que sus acciones habían importunado aunque fuera solo un poco a Xie Lian hiciera que se levantara enseguida. Que sus mejillas estuvieran levemente sonrosadas alivió al de blanco. Si bien él adquiría un tono mucho más intenso, ¡al menos no era el único cuyo rostro había acabado así durante la noche!

Aunque, si el tema era el rojo, algo que no podría ser pasado por alto sería claramente ese par de labios. Inconscientemente, pasó su pulgar con delicadeza sobre los labios hinchados del contrario. —  No soy nada en comparación a San Lang. Solo mira cómo te he dejado...

Xie Lian pudo sentir cómo las manos del de rojo se cerraron al instante. Con ello, se dio cuenta de lo que estaba haciendo y, automáticamente apartó su dedo. — AH, HA HA HA HA... No... esto... San Lang... Yo... 

Naturalmente, sus piernas temblaron de nuevo y se habría echado a correr de no ser porque Hua Cheng seguía descansando sobre él. Es más... en algún momento en el que su cabeza estuvo distraída pensando un plan de huida, el otro había aprovechado para sujetar su mejilla. Era como si hubiera predicho su movimiento y estuviera impidiendo que huyese de nuevo.

— No hay nada por lo que agitarse... Es natural que haya ocurrido. Sin embargo... — Su voz sonaba agradable, mas el cuerpo de Xie Lian no pudo evitar tensarse. Al final, ¿sí había molestado al de rojo? — no es así como se hace.

...

El de blanco inclinó su cabeza. ¿No lo había hecho bien? Ciertamente, era la primera vez que se hallaba ante una situación así y el temor que le invadió al pensar que algo podría haber pasado a Hua Cheng no colaboró. Tampoco había investigado nunca acerca del tema, pero... si recordaba las películas que había visto en las que sucedía algo similar, ¿no hacían los personajes principales algo como eso para pasarse aire?