50. Inflexión en el Hualian

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Desde que había pasado el teléfono a Xie Lian, Hua Cheng estaba perdido en la conversación. Por triste que sonara, lo único que tenía claro por la forma en la que lo empujaba, era que Su Flor lo quería fuera de su propia cocina.

Ciertamente, Lluvia Sangrienta era ajeno al por qué de este gesto. Pero eso no quería decir que no fuera a obedecer. 

¿Quién era él para cuestionar una orden de Su Alteza?

Otra cosa muy diferente era que una vez fuera de la habitación no espiase la conversación como bien pudiera. Pero en su defensa... ¡tanto paredes como puertas eran muy finas! Con tener algo de buen oído, uno ya estaría capacitado para entrome-... oír fortuitamente cosas que no deberían de ser de su incumbencia.

Justo cuando estaba a punto de abandonar la habitación, oyó a Xie Lian exclamar, — ¡¡Ma-Maestro del Viento!! ¡Qu-Qué cosas tienes!

El brazo vestido con largas y vaporosas mangas que intentaba echar al azabache de la habitación comenzó a temblar.

Inevitablemente, la cara de Hua Cheng se torció.

¿Podía saberse qué clase de propuestas indecentes estaba sugiriendo ese desvergonzado? ¿Acaso no podían él y ese pescado podrido que tenía como pareja dejar a Su Flor en paz?

Sin más dilación, la mano del más alto agarró con firmeza el brazo del contrario.
Tan pronto como sus ojos avellana y ónice entraron en contacto Xie Lian bajó la vista al suelo. Era como si mirar alguna parte del rostro de su amigo le hubiera causado una terrible vergüenza.

— Gege, páseme el teléfono. —, dijo si bien amable, con un aura imponente. — Yo me ocupo de quien sea que le haga sentir incómodo.

— N-No... —, se apresuró por negar. — E-Está bien, San Lang.

— ¿El qué? ¿El qué? —, oyó de repente en su oído. — ¿Qué está bien con Lluvia Sangrienta? ¿Al final sí que os besáis? ¡Quiero documento gráfico!

La cabeza de Xie Lian parecía a punto de estallar. Si hace unos instantes era un tomate, ahora era un tomate explosivo cual volcán.
Por un lado, tenía que lidiar con los piques que le lanzaba el Maestro del Viento, y por otro, debía escapar de Hua Cheng.

No podía dejar que esos dos se juntaran en una conversación así. Si Shi Qing Xuan le gastaba alguna que otra broma respecto a su relación con Hua Cheng, estaría bien aun si le costaba las venas de su rostro. Conocía bien a su compañero de piso y estaba acostumbrado a su humor. Humor que se parecía bastante al de Lluvia Sangrienta, pero que tenía diferencias bastante claras.

¡Shi Qing Xuan insinuaba que ellos dos estaban realmente enamorados y Hua Cheng solo lo hacía como chiste!

Desde que este le había dado a entender que en realidad se conocieron hace años, dejó claro que lo que sentía por él era una gran admiración, la cual, honestamente, no entendía ¡Hua Cheng parecía adorarle por alguna razón y él siquiera recordaba haber hablado con él en el pasado!

En cualquier caso, su amigo solo le tenía un gran aprecio. Si interpretase esa alta estima como el amor romántico que sentía hacia esa otra persona a la que le había dedicado poemas y flores se estaría metiendo en un hueco que no le correpondía; y tenía miedo de que Shi Qing Xuan crease tal malentendido entre los dos por no saber de esto.

En un par de segundos, la mente del de blanco se había acongojado de tal forma que se descuidó del apuesto hombre parado a su lado, quien valiéndose de su altura aprovechó para llevar la voz activa en la conversación con el otro par.

· Heaven School Blessing [HuaLian]Where stories live. Discover now