· Heaven School Blessing [HuaLian]

35. Lluvia Sangrienta confuso por su Flor

Ya era de día. Hua Cheng podía entrever cómo los rayos de luz atravesaban el cristal de la ventana.

"¿Qué había sucedido anoche?"

Ugh... lo único que sabía era que, de alguna manera, había acabado tirado en mitad del suelo con un terrible dolor de espalda por no mencionar su cabeza. 

Antes de que pudiera intentar recordar nada, un repentino "¡Ding-Dong!" le sacó de sus pensamientos. 

El azabache se levantó adolorido mientras se preguntaba de qué alma había sido la idea de venir a visitarle tan temprano. En un principio le vino el nombre de Aguas Negras, aunque tan pronto como echó un vistazo a la hora descartó la opción. Todavía faltaba un rato hasta que las clases empezaran. He Xuan nunca madrugaría por acercarse a su puerta y menos aún saltaría su desayuno.

El de rojo abrió la puerta adormilado, — ¿Quién e-...?

— ¡Buenos días, San Lang! — Saludó alegre.

...

Hua Cheng no podía creerlo. Era... ¡¡ERA XIE LIAN!!

Los primeros dos segundos su corazón se aceleró emocionado en demasía, sin embargo... la razón por las que sus pulsaciones subieron al tercero eran completamente diferentes.

¡¡Había abierto sin pensar!! ¡¿Cómo se veía?! ¡¡¿Estaba bien?!! ¡¡¿¿Lucía lo suficiente digno como para estar parado junto a Xie Lian??!!

... 

Qué estupidez...

¡¡¡CÓMO DEMONIOS IBA A ESTAR BIEN CUANDO SE ACABA DE DESPERTAR!!!

Ropa desordenada, cabello revuelto, expresión somnolienta, voz de dormido... ¡¡Ah!! ¡Solo quería que la tierra lo tragase ahora mismo!

¡¿Por qué no se le había ocurrido comprobar quién era antes de abrir?! ¡Casi hubiera preferido encontrarse a un tipo sospechoso o a una niña molesta vendiendo galletas! ¡Cualquier opción sería mejor que dejar que la persona a la que amaba lo viera de una manera tan impresentable! 

— ¡San Lang!

Ahh... Esto era serio... ¡¿Qué iba a ha-...

— ¡San Lang!

Antes de que pudiera seguir pensando, un fuerte dolor que recorrió toda su espalda lo sacó de sus divagaciones. Aunque... no todo era malestar. En su frente podía sentir algo cálido y agradable. Algo que... cada vez se presionaba con mayor fuerza...

— ¡Lo sabía! — Exclamó como si hubiera hecho un gran hallazgo para luego añadir preocupado, — San Lang, estás caliente...

Acto seguido, notó cómo la misma persona que había pronunciado aquellas palabras se abrazaba fuertemente a su pecho. — Lo siento... No tendría que haber dejado que te fueras así...  

Hua Cheng estaba seguro de que su cara debía lucir confusa, ¿de qué hablaba Xie Lian? 

Ah... sinceramente, no se encontraba en condiciones como para reflexionar para ello; y tampoco contaba con la fuerza para alzar la voz y preguntar al otro. ¿Cuán mal había dormido la noche pasada? 

En cualquier caso, todavía quedaba algo que el azabache no podía ignorar. Tal vez solo lo escuchaba en un modo pasivo, pero podía oír el timbre del de blanco disculparse por algo con él. Así que, como si de un acto reflejo se tratara, Hua Cheng acercó más el cuerpo del contrario al suyo. Uniendo a ambos en un profundo abrazo mientras la poca energía que le restaba cerraba su vista.