43. Admirar a Su Alteza

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Hua Cheng se cubrió la boca con la mitad de su mano, pero aún así fue incapaz de no soltar una pequeña risa cuando el estómago de Xie Lian rugió. 

— ¿Puede que gege haya olvidado desayunar por haber venido a verme? —, preguntó con una sonrisa. Pero antes de que pudiera responder, tomó la mano del de blanco y se dirigió hacia la cocina. — Es casi la hora del almuerzo, deberías haberme dicho que no habías comido nada... 

— San Lang tampoco ha comido nada por estar conmigo... — murmuró mientras se dejaba arrastrar por el pasillo.

El de rojo no pudo evitar torcer los labios ante tal declaración. — No es lo mismo... Gege es mi invitado... —, se quejó con voz infantil. — Así que, como castigo por no haberme avisado, espero que comas todo lo que prepare para ti, ¿te parece bien? 

Después de preguntar aquello, Hua Cheng se volteó alegre, pero tan pronto como lo hizo, la encantadora vista de Su Flor le robó cualquier discurso.

La cabeza del de blanco se inclinaba ligeramente hacia un lado, como si tratara de evitar el contacto visual. Además, como era habitual, el rojo teñía su hermoso rostro; especialmente en la zona de la nariz y las mejillas. 

Adoraba poder observar detenidamente los finos rasgos de Xie Lian, estudiar cómo su atractivo solo había crecido con los años y perderse en esos bonitos ojos de un marrón más puro que el café.

No obstante... si quería mantener estos privilegios, definitivamnete tendría que aprender a controlar sus... pequeños grandes deseos. 

Puede que esta vez no hubiera dicho nada al respecto, Xie Lian incluso le había dado algo de cara. Bueno... en realidad, Lluvia Sangrienta todavía no era consciente de si los comentarios de Su Flor eran para darle cara o porque realmente era ajeno al tema. Pero lo que sí le había quedado claro era que tan solo eran amigos. ¿Cuántas veces se lo había recalcado en los últimos días?

Al principio, le ilusionaba haber pasado de la zona "conocidos" a la zona "amigos". Pero el castaño le había tentado tantas veces con la fantasía de que quizá podría haber algo más que cuando llegaba la parte de "porque somos amigos" su corazón empezaba a doler un poco.

Por supuesto, era consciente de que por muy grande que fuera su amor no tenía por qué ser correspondido; menos considerando los pocos días que habían pasado desde que su 'reencuentro'. Para empezar, ni siquiera sabía si a Xie Lian le gustaban los hombres o las mujeres, y ello asumiendo que le interesaba el amor. Además... aun si le atrajeran los hombres... ¿Cómo podría saber que él precisamente podría interesarle? ¿Y si lo que estaba queriendo decir con "solo amigos" era que no era su tipo?

Solo de imaginar que no tenía posibilidades con Su Flor su expresión se entristeció. Y este dato no pasó desapercibido para el de blanco. Hacía unos minutos que habían entrado en la cocina, pero dado que Hua Cheng había decidido callarse mientras posaba su mirada en él; Xie Lian optó por hacer lo mismo y acompañarle en el suave sonido del silencio. 

No obstante, después de varios minutos siendo examinado por aquel profundo ónice comenzó a sentirse nervioso. ¿Por qué Hua Cheng lo miraba de esa manera? ¿Acaso quería decirle algo mas no se atrevía para no hacerle sentir mal? O quizá... — ¿A San Lang le entretiene mirar a los demás?

No fue hasta que vio aquel desconcierto reflejado en el ojo del contrario que se dio cuenta de que había pensado en voz alta. Ah... primero le traicionaba su estómago, y ahora lo hacía su cabeza. ¿Es que nunca podría quedar bien delante de este hombre? 

Para más inri, sus pensamientos no pudieron ser pronunciados con su tono calmado de siempre. No, su voz había tenido que salir con un pequeño ápice de molestia. Era como si le disgustara la idea de que a su amigo le agradase mirar a la gente. 

En cuanto Hua Cheng pudo salir de su confusión, se llevó una mano al mentón y declaró mientras reía, — Hace tiempo que no lo hacía. 

En realidad, no había mentido del todo. Claramente la única persona a la que podría observar por horas y horas sin aburrirse ni un poco era Xie Lian. Pero era un hecho que había gastado mucho tiempo en los últimos años en mirar rostros ajenos con la esperanza de que alguno se tratara de Su amada Flor. Sin embargo, prefirió omitir este detalle en su intervención. De lo contrario, ¿con qué clase de argumento iba a decirle que se había pasado los último ocho años recorriendo calles y barrios, arriba y abajo con el fin de encontrarle?

El de rojo tosió disimuladamente antes de añadir a su declaración, — Aunque debo decir que de todos los rostros que he visto, el único que merece la pena es el de gege. No sabe cuánto me alegro de que aceptara convertirse en mi musa.

A decir verdad, Xie Lian ya no sabía qué hacer para disimular aquellos rubores. Incluso empezaba a pensar que a Hua Cheng tal vez le gustaba sacarle los colores y por eso le dedicaba tantas palabras bonitas. 

Pero por muy nervioso que le pusiera... debía confesar que podría llegar a entender ese gusto. Solo debía remontarse al rato que pasaron en la cama. Cuando el pálido rostro de su amigo se tornó rojo le pareció lo más lindo que jamás había visto, y no negaría que le gustaría verle de esa forma una vez más. Sin embargo... incluso si le apeteciera hacer sonrojar a su amigo, simplemente no podría. Hua Cheng era bueno con las palabras, pero él carecía de ese talento. ¡Antes de que pudiera terminar una frase de ese tipo, él mismo se habría vuelto un tomate!

Sin saber por qué, Xie Lian apretó la mano del contrario y masculló, — Realmente agradezco tus palabras, pero no sé qué ves en mí... Soy alguien tan normal como cualquier otro. Si de verdad quieres pintar a una persona guapa deberías decantarte por un auto-retrato.

Las comisuras de la boca de Hua Cheng se alzaron significativamente. Por supuesto, sabía que el castaño le decía aquello con modestia y que solo exageraba; pero no podía evitar sentirse feliz ante los elogios de Su Flor.

Tomó la otra mano de Xie Lian con ternura mientras negaba con la cabeza, — Y yo no sé cómo puedes decir eso. Lo raro sería no fijarse en ti, Dianxia es precioso.

— No, San Lang es mucho más apuesto... — murmuró antes de aclarar su garganta. — En cualquier caso... quería preguntarte algo, la última vez se me olvidó, pero... ¿qué te gusta pintar? ¿Retratos, caricaturas....?

El de rojo empezó a reírse con disimulo al oír la pregunta. — Bueno... se podría decir que admiro a los clásicos. ¿Qué opinaría gege acerca de posar como una bella estatua griega para mí?

— ??? —, si bien Xie Lian era un amante del arte, su conocimiento giraba en torno al arte oriental. Por lo que no sabía demasiado acerca de la parte poniente. Sin embargo... tanto la voz como gesto de Hua Cheng no le transmitían un buen presentimiento.

Al ver que no le había entendido, el de rojo le guiñó un ojo, — Los desnudos son hermosos, ¿no crees? 

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¡Buenas todos y todas!

Como siempre, espero que les haya gustado aunque solo sea un poco, o mínimo, sacado alguna sonrisa. Recuerden que si así fue pueden dejar una 🌟 o comentario, que motivan enormemente. Y si les encantó, siempre pueden seguirme <3

— Ojalá su miércoles haya ido bien y termine aún mejor. ¡Nos leemos!


· Heaven School Blessing [HuaLian]Where stories live. Discover now