25. Ir junto a LLuvia Sangrienta bajo la luz de la luna

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^Ah, San Lang. No pensé que lo cogerías, es bastante tarde... Disculpa por lo de antes. ^

Era esa dulce voz. Hua Cheng realmente tenía ganas de llorar. Esta vez no por tristeza, sino por ser capaz de escuchar de nuevo a aquel que amaba más que a nadie en el mundo.

Hablando con el corazón en la mano, contestó, ^Conmigo no tienes que disculparte por nada. Puedes llamarme cuando sea, siempre te responderé. ^

No podía negar que le habría gustado decir algo mucho más sugerente, sin embargo, teniendo en cuenta que Xie Lian quizá le había dicho indirectamente que no quería nada más que amistad con él, se contuvo.

^Está bien. Entonces, digo lo mismo: siempre que te apetezca escribirme, o hablarme, solo hazlo. Estaré feliz de que San Lang quiera saber de mí. ^

Ah... era él quien estaba feliz. Sentía como si su pecho fuera a explotar de la emoción. Si hubiera un contador de alegría que alguien pudiera soportar, el suyo habría estallado con esta confesión. Era una suerte que no estuvieran viéndose cara a cara, de lo contrario, la sonrisa de bobo que su rostro mostraba le delataría por completo.

^Por cierto, San Lang. ¿Estás al lado de la ventana por casualidad? Es como si se escuchara aire. ^

Esa noche era bastante ventosa en efecto, pero que lo hubiera percibido a través del teléfono era prueba del gran oído que tenía. Aunque hubo un detalle que cambiaba de su versión. ^En realidad, estoy por la calle. ^

Antes de que pudiera decir nada más, el otro gritó sobresaltado, ^¡¿En la calle?! ¡¡¿Qué haces ahí?!! ^

Nervioso, Hua Cheng pronunció, ^A-Ah... bueno... yo... ^

No pensó que Xie Lian se preocuparía por ello. Pero no era como si pudiera decirle la verdad. Qué iba a contestar, ¿que a mitad de la noche había salido de casa en su busca por si acaso ese amigo suyo tenía segundas intenciones con él?

Por suerte, el de blanco habló de nuevo. Librándose de tener que inventar una mala excusa. ^De cualquier manera, ¿dónde estás? ^

Miró a su alrededor, buscando algún lugar que pudiera usarse de referencia. ^¿Sabes el parque que hay unas calles antes del instituto? El de la fuente luminosa. ^

Sorprendido, Xie Lian exclamó con entusiasmo, ^¡Vaya! Estás muy cerca de donde vivo... ¡Ya sé! San Lang, ¿te importa quedarte ahí cinco minutos más? ^

¿Estaba insinuando lo que creía? ¿Su amado iba a acercarse a verle? Encantado respondió, ^ Si es por gege esperaría lo que fuera. Incluso si me dijeras que aguardase ochocientos años, lo haría con júbilo. ^

Escuchó una pequeña risa al otro lado de la línea. ^San Lang... te veo enseguida, ¿de acuerdo? Gracias por estar ahí para mí a pesar de que no me conozcas de más de un par de días. ^

Aquella declaración supo agridulce. No cabía en sí de la emoción, pero al mismo tiempo le dolía saber que no recordaba el encuentro de hace años. Con un tono que oscilaba entre la nostalgia y la felicidad, dijo, ^Soy yo quien agradece al mundo por tenerte... Dianxia. ^

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Xie Lian sonrió con amplitud. Era increíble la dicha que Hua Cheng provocaba en su interior. Antes de escuchar su voz, sentía como si el mundo estuviera a punto de derrumbarse encima de él. La conversación que había tenido con Shi Qing Xuan le había tocado mucho.

· Heaven School Blessing [HuaLian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora