· Heaven School Blessing [HuaLian]

42. Desorden en el corazón de Su Alteza

Como era de esperar, un fuerte rubor apareció en las pálidas mejillas del castaño. 

A decir verdad, Xie Lian tenía la impresión de que pasaba más tiempo sonrojado que sobrio cuando estaba con Hua Cheng, ¡pero simplemente no podía evitarlo! Por alguna razón, las palabras de ese hombre alteraban demasiado su corazón.

El de blanco desvió la mirada hacia abajo en un intento de ocultar su rostro. — No es lo mismo... Si lo dice San Lang, todo suena elegante. 

Normalmente, cuando otros hablan de manera exuberante,  Xie Lian solía percibirlo como un gesto pretencioso o pedante. A veces, incluso acababa sintiendo algo de vergüenza ajena cuando escuchaba diálogos tan pomposos en mitad de una conversación informal. 

Sin embargo, este hombre tenía una labia y un carisma especiales que lograban que de alguna manera todas y cada una de las palabras que abandonaban sus labios sonaran sumamente hermosas. 

Una sonrisa se dibujó en el rostro del azabache al escuchar aquel elogio. — ¿De veras?, — Dijo antes de soltar una pequeña risita, — Entonces... ¿te animarías a escuchar la versión completa?

— ¿'versión completa'?, — repitió un poco confuso mientras levantaba la vista de nuevo. 

El de rojo asintió mientras sus dedos acariciaban suavemente el dorso de las manos del contrario, y al ver que Xie Lian parecía no haber entendido, murmuró, — Ya sabes... Acerca de ese poema del que te hablé... 

— ¡Ah, eso! Por supuesto.... — A pesar de su expresión sonriente, una pequeña desmotivación se filtró en sus palabras. 

No era que Xie Lian estuviera pretendiendo mostrar interés por algo que en realidad no le atraía. Es más, si había algo que le gustaba hacer, definitivamente sería escuchar a su amigo hablar. 

Normalmente, cuando charlaba con Hua Cheng, llegaba un punto en el que se perdía. A veces porque no sabía muy bien qué le estaba contando y otras porque él mismo se desconcentraba contemplando el maravilloso rostro del azabache. Sin embargo, incluso cuando acababa escuchándole de manera pasiva, a Xie Lian le encantaba oír su voz de fondo. El timbre de su amigo era profundo y mucho más grave que el suyo, pero al mismo tiempo, le transmitía un sentimiento acogedor que le reconfortaba de una manera que nadie más hacía. 

En pocas palabras, sería de locos decir que no le gustaba escucharle; por lo que claramente la raíz de su decepción no venía por la propuesta de Hua Cheng. El problema era que... bueno. El cerebro del más bajo se había imaginado que esa forma tan bonita de expresar que se sentiría feliz siempre y cuando estuviera con él se la había dedicado expresamente a él. Así que cuando descubrió que esas palabras en realidad iban dirigidas a la persona favorita del de rojo... Xie Lian no pudo evitar sentirse un poco... Un poco... ¿Triste? ¿Enfadado? ¿Inseguro?

En verdad, Xie Lian sí sabía cómo nombrar a ese sentimiento agrio y simplemente se estaba negando aceptarlo. Pero... ¡¿Cómo debía enfrentarse al hecho de que le molestara recordar que a Hua Cheng le gustaba alguien?! Cuando se lo comentó hace un par de días, se alegró mucho por él. En cambio, unos días después, era como si una sensación de malestar estuviera empezando a brotar en él...

— Gege, — llamó mientras retiraba las manos del de blanco de su pecho. — No tiene que hacerlo si no quiere, ¿vale?

Xie Lian no pudo evitar sentirse mal por haberle hecho pensar que no le interesaba cuando era todo lo contrario. — ¡No, no! Este gege definitivamente estará encantado de escuchar el hermoso poema de San Lang. Es solo que... esto....

¡¡Simplemente no podía confesar la verdad!! ¿O qué le iba a decir? ¿"San Lang, amigo de mi alma y de mi corazón. Ocurre que por alguna extraña razón me duele saber que te gusta alguien"?