66. Entre caricias y besos en el templo Qiandeng

1.9K 341 626
                                    

— A-Aquel día también me hablaste de tu poema por primera vez, ¿verdad? San Lang, esto... —, tragó saliva, inseguro de si preguntar lo que pretendía o no. — ¿A quién se lo dedicaste? —, preguntó curioso de una vez por todas.

Le había dado tantas vueltas que era incapaz de hallar un nombre; o mejor dicho... se negaba a seguir pensando en gente de la que quizá Hua Cheng podía estar enamorado.

Si el de blanco había tragado saliva al hablar, entonces el de rojo se había bebido una piscina entera. ¿Pero realmente podía seguir escondiéndoselo a Xie Lian? No era solo por todas las pistas que ya había dejado, como siguiera revolviéndose entre su entrepierna ya no podría controlarse más.

Armándose de valor, intentó decir, — Acerca de eso, la verdad es que....

El corazón del de blanco latía con fuerza. Ni él mismo sabía por qué aquellas palabras le causaban tal intriga, pero con cada golpe de voz que Hua Cheng pronunciaba sus manos sudaban más y más. No terminaba de creer que finalmente fuera a tener la respuesta en frente de él sin nebulosas encubriéndola.

— Yo... —, prosiguió el azabache. No estaba seguro de qué hacer. ¿Qué pasaría si acababa desagradando a Xie Lian? ¿Lo echaría de su vida? ¿Podrían seguir siendo amigos por lo menos? Y no era solo eso... No sabía por qué. Quizá se debía a los nervios o a la tensión del momento, pero su voz sonaba extraña. Mucho más débil de lo habitual.

Para más inri, su cabeza empezaba a doler. No era la clase de dolor que había estado sintiendo hasta ahora a causa de aquella fiebre, sino algo más confuso. Una extraña sensación que turbaba sus pensamientos y ennegrecía su capacidad de raciocinio.

Era como si...

Antes de que pudiera darse cuenta de lo que ocurría, los labios de Lluvia Sangrienta habían alcanzado los de Su Flor. 

Inmediatamente los ojos del castaño se abrieron como platos. Sintió como si por unos instantes su corazón se hubiera detenido y su respiración cortado. Demasiadas emociones fluían por su sangre cada vez que Hua Cheng lo tocaba. Para colmo, la postura en la que estaban....

...

AHEM.... ¡¿Por qué de entre todas las cosas que debería estar preocupándose lo único que se cuestionaba era la posición en la que habían acabado?! ¡El hombre en el que su cuerpo y alma no habían podido parar de pensar en todos estos días lo estaba besando y en lugar de aprovechar para sacar su corazón de dudas andaba preguntándose el por qué de esa postura! ¡¿Dónde había quedado su espíritu crítico?! ¡¡¿Por qué se olvidaba de cómo se pensaba siempre que el de rojo se acercaba a él?!!

No logró salir de su asombro, pero tampoco se esforzó mucho en hacer nada más. Simplemente se quedó ahí, a merced de lo que el otro quisiera hacer con él. En pocas palabras, su cuerpo no le permitía separarse. 

No obstante, el aire no estaba de acuerdo con ello y al cabo de un tiempo tuvieron que separarse. Para ser honesto, había sido un beso bastante inocente en comparación con esa íntima y embarazosa escena que compartieron en mitad del recreo...

... Ah, realmente sentía que podría morir de vergüenza solo de pensar en ello. 

— San Lang, ¿tú....? ¿qué...? —, trató de decir a pesar de que ni él mismo supiera lo que intentaba decir. 

Sin embargo... antes de que su cerebro pudiera terminar de procesar algo con un mínimo sentido sus labios volvieron a juntarse. Esta vez mejor posicionados y no formando una figura contorsionista. Tal vez por eso se estaba empezando a acostumbrar a este tipo de roce y, consecuentemente, sus ojos comenzaron a cerrarse poco a poco. 

· Heaven School Blessing [HuaLian]Where stories live. Discover now