71. Deshaciéndose de la vergüenza entre HuaLian

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De repente, una idea cruzó su mente. Tenía claro que era condenarse a sí mismo al eterno bochorno, pero.... ¡qué más daba! Quería a Hua Cheng, si este era resultaba ser el último día de su amistad ya fuera porque lo disgustaba, se moría de vergüenza o, en el mejor de los casos, dejaban de ser amigos para ser algo más, por lo menos disfrutaría de lo que le quedaba.

Levantó su cabeza una vez más solo para reencontrarse con el maravilloso rostro de Lluvia Sangrienta y sus ojos llenos de confusión observándole fijamente.

— Sa-San Lang... no me mires. —, dijo con algo de timidez. Si Hua Cheng no le quitaba los ojos de encima sí que habría de olvidarse de hacer cualquier cosa.

— Pero Dianxia es extremadamente lindo... Sería un crimen no mira-... —, se calló en el mismo instante en el que notó; o mejor dicho, DEJÓ de notar algo.

— Está bien. Pu-puedes mirarme, pero solo si dejas que yo... que yo también lo haga —, comentó tratando de dejar atrás el máximo tartamudeo posible. 

Normalmente estas cosas las decía Hua Cheng, no entendía cómo él era capaz de dedicarle frases tan embarazosas y con un tono tan coqueto... En realidad, si pensaba, probablemente se debiera a que el de rojo solo bromeaba y al no sentirlo de verdad no tenía inconvenientes, pero volviendo al caso.... — San Lang adora hacer tratos, ¿no crees que este es uno bueno?

Un escalofrío recorrió el cuerpo del azabache. Antes de siquiera pensar su cabeza ya se había girado, impidiendo así cualquier clase de contacto visual con el de blanco.

En respuesta, el castaño no pudo evitar arquear sus labios, inflando sus mejillas en alguna clase de puchero. Hua Cheng era naturalmente guapo, nadie podría negar que constaba de un porte espectacular. Sin embargo, en las contadas ocasiones que retiraba aquel oscuro parche se veía incluso mejor. Adoraba ver sus dos ojos, el uno negro como el más puro ónice y el otro de un rojo carmesí equiparable a los brillantes rubíes. 

No obstante...... — San Lang —, llamó, intentado recuperar la atención del contrario. — ¿Por qué no me dejas ver tu rostro? 

......

Solo el silencio respondió. 

Dejando escapar un leve suspiro, trató de acercarse al de rojo. — San Lang, si hay un motivo lo entenderé. Te respetaré y ayudaré si es que puedo. Prometo no entrometerme si te molesta, pero..... Dime algo, por favor. — Poco a poco, su mano fue subiendo por la tez de su 'amigo'. Reposó la palma sobre su mejilla, y acarició con cierta ternura el lóbulo de su oreja. — No entiendo por qué no permites que te vea después de todo lo que me has dicho y en cambio, con Aguas Negras afirmas que no hay nada pero eres capaz de pasearte prácticamente desnud-...

Antes de que pudiera terminar su oración, Lluvia Sangrienta lo empujó contra el suelo. 


Tan cerca......


Por supuesto que amaba la personalidad del de rojo, no comprendía por qué todo el mundo hablaba de Hua Cheng como si se tratase de un cruel y vil demonio; sin embargo....... si su carácter ya era bueno, su aspecto era magnífico. 

— Dianxia, ¿qué hay de bueno en mí? —, preguntó, alzando su barbilla. 

A simple vista, los gestos del de rojo podrían parecer bruscos, quizá un poco soberbios. Si alguien entrase ahora mismo y los viera (quitando el hecho de que moriría de vergüenza) definitivamente creería que Hua Cheng era un hombre lleno de confianza capaz de cualquier cosa cuando en realidad, era todo lo opuesto. 

· Heaven School Blessing [HuaLian]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ