33. Generales Xuan Zhen y Nan Yang viéndose ignorados ante el Hualian

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Xie Lian todavía estaba procesando lo que había querido decir Feng Xin con ese tono. Era como si estuviera acusando a Hua Cheng de algo. No obstante, antes de que pudiera terminar de descifrarlo, oyó al hombre que le sujetaba entre los brazos hablar. El de blanco se puso automáticamente de puntillas y tapó la boca del contrario con sus manos.

A decir verdad, Xie Lian solo se dio cuenta de lo que había hecho cuando vio los sorprendidos ojos de todos los demás presentes. Había sido un gesto involuntario. Cuando Hua Cheng hablaba solía hacerlo de una manera bastante ambigua, y el escenario en el que se encontraban era algo comprometedor. No quería condenar al de rojo a ser asociado con alguien como él, "La escoria de Los Cielos". Sin embargo, parecía que sus buenas intenciones habían tenido el efecto contrario.

Consecuentemente, una risa nerviosa apareció al tiempo en que se liberaba del agarre del más alto. — Ah... Ha. Ha. Ha.... Mu Qing, Feng Xin... No es lo que parece, de verdad. San Lang y yo simplemente tuvimos un pequeño percance en el río...

No lucía como si sus palabras hubieran tenido éxito. Probablemente ambos estaban sacando ya sus conclusiones. Ese par y él habían sido grandes amigos por mucho tiempo, mas un día, el vínculo de la amistad que les unía acabó por romperse. Sin embargo, el de blanco todavía esperaba que habría algo de esa confianza que tuvieron antaño que lo arreglaría todo... ¿Había sido demasiado iluso?

No importaba cuánto mirase sus rostros, todavía conservaban una expresión inquisitiva y Xie Lian no sabía qué más decirles. Hua Cheng y él realmente habían sufrido accidentes, pero estos eran demasiado vergonzosos como para contarlos. ¡A menos que mintiera, no podría decir nada!

Se estaba poniendo nervioso con tantos ojos mirándole. ¿¡Pero qué se suponía que debía hacer!? Decir un, "hey, chicos. Ocurre que me casi me ahogo en el río después de tropezarme con un niño. Sin embargo, dio la casualidad de que mi amigo del instituto estaba por ahí y me pasó aire para que no muriese. El problema es que casi mato sin querer a mi salvador y no conforme con ello le he vuelto a dar varios golpes extras".

¡¡Incluso omitiendo las partes más vergonzosas ya sonaba suficiente patético!!

La risa nerviosa estaba volviendo a apoderarse de su garganta y el fuerte rojo de su rostro tampoco mejoraba. Como si estuviera intentando esconder un poco ese intenso rubor, llevó las manos a su cara. Con suerte cubrirían su desastroso rostro de estos momentos.

...
...
...

Ahora que se fijaba... ¿Por qué los puños de su abrigo eran tan verdes?

...

De hecho... no eran solo los puños... Ese abrigo en general era... verde...

...

¿¡HABÍA SALIDO CON TANTA PRISA QUE SE HABÍA LLEVADO EL ABRIGO EQUIVOCADO!?

Si buscaba el lado bueno, er... Ahora sabía por qué notaba las prendas tan ajustadas...

¡¿Podía eso siquiera considerarse "lado bueno"?!

Ah... ha, ha, ha...

¿Dónde estaba el niño con el que había colapsado antes? A decir verdad, incluso una piedra le bastaba, pero por favor, que alguien pusiera lo que fuera en su destino para caerse de nuevo al río y no volver a salir a la superficie; gracias...

...  

¿No? ¿No podía su suerte tenerle esta consideración ahora que sí la quería?

Xie Lian seguía ideando cómo desaparecer de ese lugar cuando, de repente, algo suave fue posado sobre sus hombros. — Gege... No es bueno que se desnude en mitad de la calle.

Fue con la voz de Hua Cheng que se percató de lo que estaba haciendo. Tan pronto como se dio cuenta de que se había llevado un abrigo que no era suyo procedió a quitárselo. No obstante, había entrado en tal conmoción que continuó sacándose prenda tras prenda... 

A decir verdad, ni siquiera notó el frío en su piel. Después de todas las experiencias por las que había vivdo, su cuerpo había generado una tolerancia anormal hacia las bajas temperaturas. Aunque claro, ello no le eximía de lo que había hecho. Pero todavía quedaba algo peor... Por culpa de sus patosas acciones había vuelto a molestar a Hua Cheng.

Si pudiera meterse en la mente del azabache en este momento seguramente encontraría más de una maldición hacia su persona. En lo que llevaban de noche le había causado demasiados infortunios. Ahora, incluso estaba pasando frío por él...

La expresión de Xie Lian lucía realmente angustiada. Se sentía verdaderamente mal por ocasionar tantos inconvenientes a su amigo. No obstante, antes de que pudiera hacer o decir nada más, un par de fuertes brazos envolvieron su cuerpo de nuevo. Asimismo, un leve aliento fue susurrado en su oído. — El frío no es problema para San Lang, pero... ver el lindo rostro de gege deprimido es un horrible castigo. 

Por alguna razón, su corazón se aceleró y se abrazó más al cuerpo de Hua Cheng, de manera que pudo esconder su acalorado semblante en el pecho del contrario. Dada la diferencia de altura entre ambos, el mentón del azabache pudo ser perfectamente apoyado sobre su cabeza.

Xie Lian nunca había estado conforme con su altura. Si bien no era bajo, daba la casualidad de que los de su alrededor siempre eran más altos. ¡Hasta Shi Qing Xuan le superaba! No obstante, en este preciso instante sí llegó a sentirse a gusto a pesar de la brecha entre ambos. La posición a la que habían llegado era muy cómoda, y si apoyaba su oreja correctamente, podía incluso escuchar los rápidos latidos de Hua Cheng. Era gracioso, pero a la vez le reconfortaba saber que no era el único nervioso. 

— Ejem, ejem... Su Alte-...

Parecía que Feng Xin iba a decir algo, cuando Xie Lian se le adelantó. — Creo que este gege tendrá que hacer muchos favores a San Lang después de todo.

En la cara del de rojo se dibujó una amplia sonrisa, mientras que en las de ese par de hombres apareció una conmoción igual o mayor a la que el castaño había sufrido hace unos minutos.

El primero en vocalizar algo fue el más enérgico de los dos. — ¿¡Su Alteza!? ¡Solo aparta! ¡Me encargaré de ese sucio tipo!

Xie Lian pestañeó un par de veces. ¿Por qué Feng Xin estaba tan molesto? No obstante, dado que estaba verdaderamente decidido a arremeter contra Hua Cheng, el de 'blanco' dejó de intentar encontrar una respuesta y simplemente apartó de la zona de impacto al hombre que le sujetaba para que no saliera herido.

Si bien Feng Xin no pretendía golpear a Xie Lian, era demasiado tarde como para detenerse. Sin embargo, los reflejos del castaño sí fueron suficientes como para esquivar la embestida al tiempo en que apresó las manos del atacante.

Ante tal acción, Mu Qing espetó, — Podría ser que... ¿Su Alteza ya ha decidido explorar 'ese mundo'?

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¡Buenas a todos y todas!

Por si acaso hubo alguien que no entendió, fue un juego con los significados de "hacer un favor". Xie Lian lo dijo en el sentido de "compensar", pero tanto Feng Xin como Mu Qing pensaron que Xie Lian lo estaba diciendo en el de "mantener relaciones". Cada uno es libre de pensar en cuál de los sentidos lo entendió HuaHua.

Luego, disculpen si este capítulo quedó algo diferente del resto. Caí enfermo en los últimos días, pero al tener ya una parte del capítulo escrita quise hacer un esfuerzo por acabarla y traérsela. 

Así que, igualmente, espero que les haya gustado, o al menos, sacado alguna sonrisa. Recuerden que si así fue pueden dejar una 🌟 o comentario, que motivan enormemente. Y si les encantó, siempre pueden seguirme <3

— ¡Nos leemos! ¡Ojalá se encuentren bien!

· Heaven School Blessing [HuaLian]Where stories live. Discover now