34. Dos idiotas y una Flor

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 Xie Lian parpadeó un par de veces. — ¿Eh?

No entendía nada. Antaño, los tres podían comunicarse perfectamente, a veces incluso sin hacer uso de las palabras. Una mirada era suficiente como para comprender lo que uno quería decir. Sin embargo, parecía que en el presente habían perdido esa capacidad. ¡Era como si Feng Xin y Mu Qing hubieran armado alguna clase de código del que no estaba enterado!

Y, como siempre que buscaba una respuesta mas no sabía dónde encontrarla, redirigió su vista a Hua Cheng. No obstante... Por primera vez desde que se conocieron, el azabache lucía reticente a contestar. ¿Acaso Mu Qing había dicho algo tan malo que no se podía pronunciar?

A decir verdad, el de blanco sentía harta curiosidad por saber de qué se trataba, pero ya lo buscaría más tarde por Internet. ¡Ahora debía aclarar algo! — En cualquier caso... ¡No sigáis atacando! ¡San Lang es realmente bueno, el mejor diría yo! Si le conocierais mejor, seguro que os dais cuenta del gran amigo que es.

Si bien el calor del rostro de Xie Lian ya había bajado considerablemente, ahora que había dicho eso, sus mejillas volvieron a tornarse de un ligero rostro. Si bien todas sus palabras habían sido dichas con su más profunda honestidad, era vergonzoso que la persona en cuestión lo escuchara también.

Claro que... Eso únicamente por parte de Xie Lian. A diferencia de él, Hua Cheng no estaba sintiendo ninguna clase de pudor y solo hacía falta ver la sonrisa de satisfacción que se dibujó en su rostro. 

Por supuesto, el de rojo sería genuinamente feliz cada vez que la persona a la que amaba le elogiase, pero esta vez también podía vislumbrarse algo de soberbia en ese gesto. Si alguien intentara traducir su sonrisa en palabras sería algo como "Oyeron, ¿cierto? Ahora, déjennos en paz y váyanse a donde no molesten".

Para ese par de hombres aquello fue una gran provocación. Obviamente, sus ceños se fruncieron. 

El azabache esperó un nuevo golpe como respuesta, pero... nada más lejos de la realidad, se dedicaron una mirada confidente antes de agarrar uno de los brazos de Xie Lian y arrastrarle lejos de él.

De la boca de Hua Cheng salió un "tsk". Si hasta ahora se había permitido sonreír por falso que fuera, esta sonrisa desapareció en el mismo instante en el que el castaño fue apartado de su lado. Era como si esa acción hubiera oprimido alguna clase de botón que hiciera que el aura que envolvía al de rojo se ennegreciese. 

Xie Lian debió de darse cuenta de este repentino cambio y gritó desde la distancia, — ¡Sa-San Lang! No te preocupes, conozco a Feng Xin y a Mu Qing desde hace mucho. Además, ya viste que soy fuerte, ¿verdad? ¡Incluso si alguien me intentara apuñalar estaré bien! Hah-...

La mirada de Hua Cheng se había vuelto tan tenebrosa que el hilo de voz del más bajo inclusive se quebró. De hecho... mencionar solo ese oscuro ojo que igualaba al negro más negro del mundo sería quedarse corto. Aun si el de 'blanco' solo había hecho una pequeña broma, el otro parecía haberlo tomado seriamente. Tanto que incluso había frenado su carrera. ¡Hasta los otros dos dejaron de tirar a Xie Lian por unos instantes! Aunque esto solo fue unos segundos, en cuanto se dieron cuenta de que se habían parado solo porque ese tipo se había detenido, vieron lo estúpidos que habían sido y siguieron arrastrando a su amigo. 

Antes de que se distanciara demasiado, otro grito sonó para Hua Cheng. — ¡San Lang! ¡¡Tampoco me gusta ver tu hermoso rostro desanimado!! 

Tal vez el espeso halo que le rodeaba no desapareció, pero definitivamente se hizo más fino. Aun si el recuerdo que cruzó su mente era duro, todavía pudo sacar un pequeño ánimo para elevar por poco que fuera las comisuras de su boca.

· Heaven School Blessing [HuaLian]Where stories live. Discover now