66: Un desayuno...agitado.

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*Puede tener contenido sensible a los ojos del lector*

Me desperte y seguía siendo de noche, me separé del abrazo de Draco para ver su reloj pero el se despertó y bufó.

—Emily, ven aquí. —Tenia la voz ronca que tanto me derretía. —No quiero que te vayas.

—¿No prefieres que vayamos a la cama? Son las tres de la mañana el pasto ya se vuelve incómodo.

—Bien. —Se levantó y extendió su mano— Dame la mano.

Estabamos por volver a entrar a la casa cuando Draco chilló.

—¿Que pasó amor?

—¡NALA! ¿DONDE ESTA NALA?

—Esta durmiendo con Zeus, allí. —Señalé la cucha de Zeus, ellos estaban durmiendo abrazados.

—Oh bien, pero la tomaré. Tu trae a Zeus si quieres.

—Creo que lo dejaré durmiendo, se malhumora cuando lo despierto.

—Intentaré agarrar a Nala despacio entonces.

El agarró a la cachorra y me dio la mano con su brazo libre mientras le hablaba a Nala.

—Te extrañe mucho Nala, todo es culpa de mamá, yo si quiero tenerte siempre conmigo pero nos separan.

—¡Deja de echarme la culpa a mi!

—La tienes. —Se giró mirándola de nuevo —Es ella la culpable, no papá. Papi te quiere mucho.

Llegamos a la habitación y despues de dejar a Nala en su cucha, el se acostó a dormir a mi lado, yo me había acostado desde que llegué.

—Descansa, amor. —Se inclinó para darme un beso en la frente mientras me abrazaba y nos dormimos.

-

Me desperté y vi la hora, ya era la una de la tarde, Draco ya no estaba a mi lado.

Estaba por quejarme de que no estaba y salir a buscarlo cuando vi que salió del baño con una toalla en el dorso.

—Mira a Nala, sigue durmiendo. —Me dijo emocionado. —¿No la puedo agarrar?

—Recien sales de bañarte y además no la molestes cuando duerme, te va a odiar.

—Lo se, pero no puedo evitar querer agarrarla.

—¿Y si en vez de estar con ella me das un tiempo a mi?

—¿Tanto me extrañas?

—No tienes idea.

⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️

El se acercó a mi pero le grité. —Antes cambiate.

—¿Segura de que quieres eso? —Me miró juguetonamente.

—Si...tenemos que bajar a almorzar.

—No hay nadie en casa, todos salieron a hacer compras.

—¿Estas seguro?

—Si, solo está Pansy.

Acto seguido de acercó y me besó apasionadamente, se tumbo encima de mi y pude notar su gran erección.

—Tan rapido te pongo?

—No tienes idea. —Me copió la frase.

El se saco la toalla y me agarró del cabello. —Arrodillate.

Por dios, su lado controlador me derrite.

Obedecí y baje lentamente, empezando tocarlo.

—Emily apresurate, me estás matando.

—Oh creeme que lo sé, ¿te gusta esto?

—Si, sigue asi pequeña zorra. —Hablaba entre pequeños gemidos.

-Draco es muy grande.

—Chupala entera, quiero que te atragantes. —Me acarició para después pegarme en la mejilla. —Y rápido, no tengo todo el día, cariño.

Obedecí a lo que me estaba diciendo y cada vez se acercaba mas al orgasmo, los ruidos que hacía mi boca se mezclaron con los suyos y finalmente acabó, de la mano de un fuerte suspiro.

—Mierda Ems, ¿tu piensas que te quedarás sin nada?

No respondí nada.

—Pues te equivocas, pequeña. Seré delicado contigo como la vez que te encontré en tu cuarto pensando en mi, lo ¿recuerdas?

Asentí con la cabeza y tragué en seco.

—Recuerdas la palabra segura?

Volví a asentir.

—Fantastico. —Empezó a bajar su mano hacia mi ropa interior, haciéndola a un costado. —¿Ya tan mojada?

Me sonrojé ente su comentario.

—¿Quieres que te toque?

Moví la cabeza asintiendo.

—Usa tus palabras, Emily.

—Si, por favor.

—¿Si qué?

—Si daddy.

—Puedes hacerlo mejor, pequeña zorra.

—Por favor, Draco. Follame con los dedos, ansió tu toque.

—Buena chica.

Cada maldita embestida que me daba era tan buena, todo lo que hacía se sentía tan bien.

Metió hasta tres dedos dentro de mi, me senti jodidamente llena, mis gemidos dedicados a su nombre retumbaron en toda la habitación.

Después de un rato llegué a mi orgasmo y me desarmé encima de la cama.

Draco empezó a llenarme de besos. —¿Estuve bien? —Dijo entre besos.

—Claro que estuviste bien, como siempre.

—Adoro como gimes mi nombre, podría escucharte toda la vida.

—Se que no lo dices en serio.

—¿Apuestas?—Siguió llenandome de besos. —Tenemos que bajar, vamos.

Tomé su mano y me levante, todavia mis piernas estaban temblorosas.

El se rió y me miro. —¿Tan bueno soy?

Antes de irnos, sostuvo a Nala en sus brazos.

—Déjala caminar un poco amor, hoy hace calor la vas a asfixiar.

—Bien —Bufó y la bajó, Nala siguió nuestros pasos hasta bajar a la cocina.

—Sirvele la comida a los cachorros mientras que pongo la mesa, Draco.

—Como digas amor. —El agarró la bolsa de comida para perros y sirvió en los platos de los dos. A Nala le sirvió la leche caliente y a Zeus agua.

-Lava tus manos y a comer.

-

🤠














EL REGRESO. [Draco Malfoy] Où les histoires vivent. Découvrez maintenant