124: Armario evanescente.

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Cuando llegamos nuevamente a la habitación me fije la hora, la una y cuarto de la madrugada. ¿Cuando había pasado tanto tiempo?

-Hermana, me estoy muriendo del sueño. ¿Podríamos revisarlo mañana? -Dijo Mattheo con voz sincera y cansada.

-Claro, ve a dormir. Yo creo que le daré un vistazo, sabes lo mucho que me gusta leer.

-Como desees, descansa. -Me dió una sonrisa de labios apretados y salió de la habitación dirigiendose hacia la salida. -Por favor, no te quedes hasta tan tarde, mañana es viernes y debemos ir a hacer compras para la fiesta.

Tapé mi boca con una de mis manos cuando recordé que tenía una fiesta aproximada a mi y no tenía ropa que ponerme.

Me quejé mientras abría mi cama con una mano y sostenía el libro con la otra, preparándome para entrar a la cama y sumergirme en ella con este en manos.

-

-Hola Ems. -Draco entró a la habitación a paso cansado, traía ojeras importantes bajo sus ojos grises. -¿Por qué estas despierta todavía? Ya son las tres de la mañana.

-Me quedé leyendo el libro que logramos encontrar con Mattheo en la sección prohibida y pensé en que podría encontrar algo que te pueda ayudar.

El se quedó en su lugar e intentó ocultar la sonrisa mas grande que jamás había visto en él antes.

-Te preocupas por mí.

-Claro que lo hago, como siempre, Draco. -Me acerqué a él y envolví mis manos a su cara donde el se apoyó en una de ellas tirando su cabeza a un lado. Cerró sus ojos y pude sentir el cansancio que traía. -Mañana puedo contarte sobre lo que encontré en el libro, creo que podría servirte. Mattheo pensó en otras alternativas también.

-Claro. Gracias por todo esto, Emily. Es de mucha ayuda para mi y sabes lo que significa todo esto, realmente agradezco tenerte a mi lado.

-No tienes nada que agradecer, no es una molestia ni un peso estar para tí. -Le sonreí sintiendo que eso era todo lo que necesitaba.

Me dió un beso suave en los labios y se fue a dar una corta ducha.

-

DRACO MALFOY.

Salí de la ducha y utilicé mi fragancia, la favorita de Emily, esta vez un poco mas de lo normal.

Cuando abrí la puerta del baño ya listo para irme a la cama con un beso de despedida de Emily, ella ya estaba por el quinto sueño muy probablemente por la cara que traía.

Me acosté a su lado pasando mis brazos al rededor de su cintura y me quedé en esa posición, la más cómoda de todas ya que la sentía cerca de todo mi cuerpo, marcando así que ella era mía posesivamente.

-Buenas noches, amor.

-

EMILY GRACE RIDDLE.

Eran las casi seis de la tarde del viernes, ya le enseñé a Draco y a Mattheo todo lo que pude encontrar en el libro y no resultó de mucha ayuda. En vez de ir a comprar ropa con mis amigos estuvimos intentando reparar o ver que le faltaba a ese maldito armario.

Sin embargo, no hubo resultado. Draco salió frustrado de allí, junto a Mattheo quien iban al mismo paso mientras que yo intentaba seguir su paso. Bueno, al menos lo intenté.

Ninguno habló en todo el camino. Nuestras habitaciones se dividieron al final del recorrido y yo me fui con Draco a la suya.

-Voy a darme una ducha. -Habló de mala gana agarrando una toalla y dando un portazo en el baño.

Me pareció inútil esperar a que terminara de bañarse ya que Draco acostumbra a durar casi media hora, por lo que me dirigí hacia el dormitorio de las chicas.

Estaba el dormitorio de las Parkinson, ningúna estaba dentro de él. Así que decidí entrar al de Madison y Rose, para mi suerte ellas si se encontraban.

-Hola nena, ¿Por que no viniste con nosotros a comprar ropa? Es tu actividad favorita. -Madison miro a Rose y devolvió su vista hacia mi.

-Tenía mucha tarea de...clases de apoyo. Draco y Mattheo también, claro. En fin...¿quieren venir a mi habitación a prepararnos juntas? Me doy una ducha y nos preparamos.

-¡Claro! -Dijo Rose con una sonrisa. -¿Ya sabes que te vas a poner? Estoy entre dos vestidos [...]

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EL REGRESO. [Draco Malfoy] Where stories live. Discover now