103: Empacar.

414 23 4
                                    

—Hola. —Dijo Draco cuando entré a la habitación. —Vamos a hablar ahor-

—No. No te mereces que hablemos.

—Emily —Me agarró de los hombros. —Tienes que empezar a dejar de ver el lado bueno de todos, no todos lo tienen.

—Lo hago.

—No lo hiciste ayer.

—Tu tampoco. —Y me dirigí hacia el armario para agarrar mis cosas y empezar a empacar.

—Tu bailaste con Adrian. ¿Cual es tu justificación para eso?

—Bailaste con las dos personas que más detesto aquí. Además de hacerme quedar como una idiota, me hiciste sentir así. —Doblé una de mis camperas y la empece a apliar con las demás.

Draco no habló por un largo tiempo, se habia quedado sentado en el borde de la cama, mirando hacia abajo con los codos apoyados en sus muslos.

No sabía que decirme, leí su mente.

Pero también ví que no se había dado cuenta de lo que hizo, se sentía mal, tal vez estaba tan borracho que no lo recordaba.

—Ya. ¿Me vas a ayudar a empacar? —Pregunto, se dió la vuelta y me sonrió ampliamente.

—Perdón, no me di cuenta.

Solo asentí con la cabeza y seguí guardando mis cosas.

—¿Sabías que este verano estaremos solo en tu casa?

—No, no lo sabía. Pero mejor, podrían venir Mads y Rose.

—Bien.

De nuevo, silencio entre nosotros. Lo único que se escuchaba era el sonido de las telas teniendo tacto una con otra y cierres de las valijas.

—¿Por qué no vamos a tu casa, Draco?

—No lo sé, mamá no me lo quiso decir, supongo que cuando lleguemos mañana nos lo explicarán.

—Claro, yo también lo supongo.

Me dió una sonrisa de labios apretados y siguió doblando vestidos con magia.

El colocó todo en las valijas como a mi me gusta, me conmovió.

La ropa es probablemente lo más sagrado que tengo.

De pronto tocaron la puerta de nuestra habitación, ambos nos miramos como si hubiéramos estado esperando la respuesta del otro.

Si ninguno espera a nadie, ¿quién es?. Probablemente Carla, pensé, pidiéndome alguna crema o ropa.

O tal vez era Madison con Pansy, para preguntarme como estaba después de todo.

Draco se dirigió a la puerta, se encontraba Adams.

—Oh, Draco, quería preguntarte si querrías venir a la habitación conmigo y con Astoria, ya sabes, nos aburrimos...

Draco la miro raro y luego me devolvió la mirada a mi.

Antes de que pudiera negarse, hablé yo, por fin no me quedé congelada con la idea de otras personas encima de Draco o de que sus intenciones siempre serían buenas.

—El no puede, me está ayudando.

—Ay nena, ya estas grande. Aunque bueno, algunas partes todavía no se desarrollaron como tal. —Carcajeó mientras hacía seña a sus pechos y luego a su trasero. —¿Estás comiendo bien?

No, no me podía seguir aguantando su patético acto.

Así que me reí para mi misma para luego mirarla.

—Mira, prostituta infantil, para empezar, ¿podrías mantener tus manos alejadas de mi novio? —Agarré la mano que tenía apoyada sobre el hombro de Draco y se la quité. —Segundo, estoy orgullosa de mi cuerpo, antes no lo quería, me despreciaba e intentaba comer y comer para solo ver si podría engordar un poco más, jamas lo logré, pero lo que si logré fue amarme.

>>Ahora dime, ¿qué tantas inseguridades tiene que tener una persona para criticar el físico de otra? Dímelo, esta bien Adams.

Ella se quedó muda, no supo que mas decir. Leí su mente, aunque no hacia falta, ella obviamente estaba avergonzada.

—Ya, vete. Y por favor, antes de hablar del físico de alguien más, cuestionatelo dos veces, no sabes como le podría caer a otra persona.

Y con eso, Draco la dejó afuera de la habitación de un portazo, escuchamos sus pasos de retirada.

Ahora se dirigió hacia mi y me abrazó por los hombros, me mantuvo sobre su pecho mientras yo me sostenía de su torso.

—No sabía lo de tu cuerpo Emily, ¿por qué no me lo dijiste?

—Tengo un gran pasado de Beauxbatons que jamás te comenté, tal vez algún día. —miré hacia arriba y el me besó ligeramente la frente para después asentir.

—Te quiero.

—Te quiero más.

Comenzamos a ordenar todas nuestras pertenencias nuevamente, ahora estábamos mirando una película mientras colocabamos todo en orden.

—No entiendo, ¿por qué los autos hablan aquí? ¿Y por qué hay muggles que miran a autos hablar?

—No lo sé, pero es divertido. —Ordené el ultimo par de zapatos dentro de la valija, ahora quedaban solo los cosmeticos.

—Mate me hace acordar a Wasley.  —Draco me miró y carcajeó por mi cara de '¿es en serio?'

—El rayo McQueen es de Gryffindor, el celeste es de Ravenclaw y Mate es de Hufflepuff.

—¿En serio les acabas de otorgar una casa, Ems? Te conviertes en una niña mirando esto.

—Si, ahora ¿me ayudarías a cerrar las valijas?

En un abrir y cerrar de ojos, todo estaba listo para mañana, solo había dejado afuera de mi valija la ropa para mañana, mi pijama y mi cepillo de dientes.

Al fin regresaría a casa, tendríamos dos meses de vacaciones para al fin relajarnos de tantos estudios, encuentros inesperados y demás,

¿Que podría salir mal?

EL REGRESO. [Draco Malfoy] Where stories live. Discover now