133: La guerra, PT 3.

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Dejamos a los niños en un salón de clases en las mazamorras, todos estaban bajo protección de nosotros y otros prefectos, obviamente los de Gryffindor de sexto año no se encontraban ya que debían de estar con su mejor amigo, Harry.

Me senté en una mesa al lado de Draco a quien abracé por su cintura y el por mis hombros.

Los niños de Slytherin y Gryffindor parecía darles igual estar aquí, por lo que no tuvimos mucho de que preocuparnos, del contrario pasaba con los niños de Hufflepuff y Ravenclaw.

-Cariño, temo que voy a tener que dejarte. -Draco se levanta de la mesa para ahora darme un ligero beso en los labios. -Potter ya debería de estar en-

Lo corte para atraer sus labios donde los míos, es seguro que no lo iba a ver por horas. El beso fue lindo, fue tierno. Se sintió como el primero, aunque probablemente sea el milésimo que nos dábamos, se sintió tan bien tenerlo cerca.

-Te amo.

-Te amo más. -Se despidió para largarse dejándome en un vacío impresionante.

-

Pasaron horas, los niños ya se encontraban mas relajados y hablando entre si. Al principio, los otros prefectos me miraban mal, despreciando, casi, mi ser hasta que una chica de Hufflepuff se decidió por hablarme.

-Los niños de Slytherin parecen portarse bien, ellos parecen tranquilos, confían en tí. -Me sonrió y le devolví el gesto.

-No tuve muchos inconvenientes con ellos sabes, la mayoría son bastante maduros en este tipo de cosas. Yo a su edad no lo era para nada.

-Ni que lo digas.

De nuevo, un silencio incómodo hasta que decide romperlo, nuevamente.

-Tu...tu estas del lado bueno, ¿verdad?

-Por supuesto que lo estoy, todos nuestros amigos también, nuestras complicaciones son...bueno, nuestros padres. Y yo soy la que mas entiende en ese tema. -Dije guiñándole un ojo a lo que ella respondió con una risa corta.

-Lamento mucho esto. -Apenada se dirigió a mi después de otra pausa.

-¿Pero que dices? Soy yo quien lamenta todo lo que su donador de esperma esta haciendo. -Soltó otra pequeña risa. -Detesto todo esto, detesto tener que estar corriendo de sus garras todo el tiempo. Hasta obligó a Draco a convertirse en uno de ellos, le dió una tarea por su estúpido padre.

-Bueno, lo siento por él y...Emily, no es tu culpa todo lo que está pasando. -Me dió un empujón juguetón mientras otra vez le regalaba una sonrisa de labios apretados.

-Por razones obvias creo que tú sabes mi nombre, pero yo no se el tuyo, ¿cómo te llamas?

-Oh, Hannah Abbott.

-¡Lo recuerdo! Fuiste una de las primeras seleccionadas por el sombrero en primer año, que tiempos.

-Si, también lo recuerdo. Los nervios me estaban comiendo por dentro sinceramente.

-¡A mi también! Además, todos mis amigos y hasta mi hermano habían quedado en Slytherin, yo hubiera muerto si no quedaba en esa casa. -Le hice una mueca exagerada.

-¿Sabes qué? Gracias a ti y tus actos me ayudaron a reflexionar acerca de los Slytherins. A entender que no todos son "malos" o "egoístas".

-Es bueno saberlo. Siempre me han dicho que no entienden como estoy en Slytherin por mi gran empatía. Detesto el egoísmo más que a mi padre, imaginate cuanto.

La conversación se corta cuando escucho la puerta abrirse y las caras de todos dándose la vuelta para ver a las personas que más deseaba ver.

Pero no a las dos que necesitaba.

EL REGRESO. [Draco Malfoy] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora