117: Pequeña sorpresa.

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*Puede tener contenido sensible a los ojos del lector*

-¡NALA! -Le grité desde las escaleras a nuestra perrita la cual estaba esparciendo comida de perro por toda la sala. -¡NARCISSA TE VA A RETAR, TONTA!

Corrí a barrer todo el desastre que había hecho Nala, llegué justo a tiempo cuando escuché a mamá entrar con cissy a casa.

-Nala, ¿dónde está Zeus?

Ella se levantó elegante como siempre, y se dirigió hacia el jardín donde estaba Zeus.

Jugando con Draco.

Por favor, no puede ser más tierno cuando quiere.

Miré hacia Nala para ver dónde estaba y ella ya había entrado nuevamente a la casa y ahí entendí el desplante que hizo con los comida. Eso significa que Nala está celosa, está muy celosa.

No me iba a unir a Draco por más que quisiera porque Nala también es mía (por mas que Malfoy no lo admita), así que decidí bañarla, hace mucho no se baña y de tanto salir y entrar a la piscina se le estaba haciendo feo su pelaje rubio.

La subí en brazos y la baje una vez llegamos al baño de mi dormitorio, ella empezó a inspeccionar todo pero sin tocar nada, solo olía lo que estaba a su alcance.

Prendí el agua caliente y la metí a Nala dentro de la misma. Ella saltaba sobre si misma y salpicaba afuera de la bañadera donde la habia metido.

-¡Nala! Quieta. -Le hablé mientras me reía.

Una vez ya se logró quedar quieta, comencé a hechar shampoo para perros que me había quedado de Zeus sobre ella, mientras frotaba y se hacía espuma escuché que tocaron la puerta del baño, era Draco con Zeus en manos.

Nala automáticamente se dió la vuelta y se negó a ver a Draco.

-¿Qué le pasa?

-Esta celosa, te vió a ti y a Zeus en el jardín.

-Oh. -se dirigió a la bañera y dejó a Zeus jugar con Nala, quien al principio no quería pero luego empezaron a saltar y jugar.

-No tienes que ser celosa Nala. -Draco se arrodilló en frente de la bañera para acariciarla, ella accedió.

-Bueno, su padre no es muy distinto. -Dije mientras me arrodillaba a su lado para acariciar a Zeus. -¿Me pasas el shampoo para ponerle a Zeus?

Draco me lo pasó y se quedó mirandome.

-¿Qué? ¿Tengo algo?

-No, para nada. Pero me quedé pensando en hace cuanto no tenemos un tiempo a solas.

-Ajá, lo sé calenturiento. Pero estoy en mi período, es mi último día.

Draco maldijo en voz baja, pero de todas formas logré escucharlo.

-Ya ya, mañana ya podemos Draco.

-Bueno pero yo quería hoy.

-Bueno, aprende a esperar maldita s- Hice una pausa para controlarme. -Lo siento, hormonas.

-Esta bien...-Se rió y se secó las manos, yo hice lo mismo una vez terminamos de bañar a los cachorros. -nos podemos hacer mascarillas hoy.

-Bien, dejo a los cachorros afuera y elige las que te gusten y una exfoliante para mí.

-

Al otro día me desperté de nuevo, en el agarre de Draco. No me quejo para nada, de hecho es un placer.

Como mi período ya terminó, decidí darle a Draco una...pequeña sorpresa.

Fuí hasta mi armario lentamente y saque un conjunto de ropa interior el cual se que le fascina, rojo de encaje, y me lo coloqué.

Me volví a la cama pero esta vez no a su lado, fue encima de él.

Comencé a esparcir besos desde su mejilla hasta su cuello, bajando por su clavícula y por su pecho, noté que abrió los ojos lentamente y me volví hacia arriba.

-Me gustaría recibir los buenos días así más seguido. -Dijo mientras colocaba mi cabello detras de mi oreja. Después de unos segundos miró hacia abajo y vio mi cuerpo, lo observé admirarlo con detalle y eso me hizo estremecer.

-Mirate nada más, siendo tan buena para mí.

En lo que fue menos de dos segundos ya sentía mi humedad haciéndose más y más notable, a la par de la gran erección de Draco.

Draco comenzó a sacarme la ropa interior poco a poco, yo hacía lo mismo con su ropa, aunque solo contaba con pantalones grises.

-¿Recuerdas la palabra segura?

Asentí con la cabeza.

-Bien, ahora se una buena chica y montame.

Sus palabras hicieron revolotear mi estómago, asentí y me fuí colocando por encima de su erección poco a poco.

Al principio el dolor fue importante, hasta que finalmente me adapté a su miembro y el dolor empezó a convertirse en placer.

-Joder Emily.

Bufó mientras me movía sobre él cada vez más rápido, mis gemidos cada vez se hacían más fuertes.

Sujetó mi cabello con su palma y arrastro mi cabeza hacia atras para que lo pudiera ver.

-Ojos abiertos y mirándome a mi, Ems. Y no recuerdo haber colocado ningun hechizo silenciador, así que por favor, reduce el griterío o tendré que castigarte.

La idea del castigo no me disgustó, pero no podía darme el gusto de que nuestras madres escucharan, la verdad.

Luego de un rato de gritos ahogados y ligeros gemidos, acabamos a la vez.

Intenté levantarme de la cama después de un rato, para dirigirme hacia el baño, pero automáticamente mi caí.

-¿Como pensaste que podrías caminar después de eso, tonta? Ven. -Se levantó y me alzó sobre él, me llevó hasta el baño y me colocó dentro de la tina, después de un rato el también se metió.





EL REGRESO. [Draco Malfoy] Where stories live. Discover now