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Es una larga historia

"Simplemente quise ser feliz también y tomé decisiones equivocadas, sin embargo, ahora me doy cuenta que ésta no era la forma correcta, porque la verdad es que ni tú ni yo somos felices de ésta forma; supongo que estábamos con personas equivocadas"

Tomé tu mano y solo me dejé llevar, estaba inundada en mis pensamientos, intentando procesar todo y pensando en qué decir.

Llegamos hasta tu casa sin que me diera cuenta, te giraste hacia mí y me observaste; por un momento creí que te enojarías o me juzgarías por mis acciones, estaba bien, de todas formas yo también lo haría, fui una estúpida. En cambio lo único que hiciste fue abrazarme fuertemente y susurrar;

"Te extrañé, Heekki"

Estuve desconcertada por unos segundos hasta que finalmente pude reaccionar y devolver el abrazo que tanto extrañé en éstos pocos días que estuvimos separadas.

Todo el discurso que había armado en mi mente durante todo el camino se derrumbó en cuestión de segundos, simplemente hundí mi cabeza en su cuello e intenté no llorar.

— Heejin, no deberías...

— N-no, fui una total idiota.

Intentó mirarme a los ojos pero no fui capaz de devolverle la mirada nuevamente.

— Si te lo hubiera dicho antes, ésto no hubiese ocurrido.

— Pero yo te prometí... - fui interrumpida por sus brazos que me rodearon nuevamente.

— Heejin, lo sé. Pero viendo lo que había ocurrido con Yuqi, comprendo como te pudiste haber sentido. - suspiró pesadamente. — Pero ya no debes procuparte por eso. - me dedicó una sonrisa.

Al recordar lo que Hyunjin había hablado con Tzuyu, una sonrisa se formó rápidamente en mis labios.

— Sin embargo, aun debo hablar con mi padre. - dijo de repente.

— ¿Por qué? - pregunté confusa, ¿o acaso su padre ya sabía de todo?

— Es... Una larga historia.

🐰

— ¿Así que estuviste con Son Hyejoo en casa de la pelirroja loca esa? - preguntó Jinsol engullendo su plato de ramen.

— ¿No necesitaste del bate? - preguntó con asombro la pequeña Yeojin.

— Bueno, lo del bate... Olvídenlo. ¡Pero créanme que no fue tan malo!

— Gowon, fuiste secuestrada por casi dos días. ¡¿Cómo que no fue tan malo?! - exclamó Kahei.

— Si tuviera pruebas se las mostraría, pero aun no recupero mi teléfono... ¡Mesera, donde chucha están mis hijueputas alitas picantes! ¡No tengo todo el pelotudo día! - gritó.

— Deberías comportarte más como una dama si quieres tener una cita con Hyejoo. - señaló Jiwoo al ver a su amiga con el rostro y las manos llenas de salsa.

— Nah... Ya somos almas gemelas. - dijo suspirando y colocando su mano llena de salsa en su rostro.

Las demás simplemente se miraron entre sí y escondieron sus caras al darse cuenta que los demás clientes de aquél restraurante las observaban con confusión.