3. Llegada

10.5K 966 577
                                    


Pov Alice


—¡Te pillé!—Dijo un hombre enmascarado, a escasos 5 centímetros de mi cara.

Mierda...estamos jodidas.

Cogí a Maica y la pegué a mi espalda, manteniéndola alejada de él. Sin embargo, el rubio venía por detrás acorralándonos a las dos por completo.

Joder. Deidara se acercaba cada vez más y se veía tan...Tan....

 ¡¿Pero qué digo?! Madre mía, Mai ya me está pegando lo pervertida.

 — Em...¿Ahora qué hacemos?—Me dijo al oído mi compañera.

— Ps....obvio. ¡Correr!

Agarré a mi compañera y corrí tanto como pude, evitando varias ramas y rocas por el camino. Si caíamos, estábamos más que perdidas. Debíamos de seguir tanto como pudiéramos ambas para despistarlos o ir a otro lugar.

Cuando me cansé y mis piernas no podían más, miré hacia atrás para ver si nos seguían.

— Esto no puede estar pasando...— Habló Mai con la voz entrecortada, intentando recuperar su respiración.

— Menos mal—Suspiré aliviada. Cerré los ojos—. No nos siguen.

— ¿Eso crees?—De repente, alguien me había susurrado al oído.

Me giré de golpe, tras pegar un leve saltito de la sorpresa y encontrándose mis ojos con otros azules.

—Eso quería creer...— Musité, sin apartar la mirada.

— ¡Tobi!

— ¡Sí, senpai!

En menos de dos segundos vi cómo el nombrado me quitaba a mi amiga y la inmovilizaba para que no se pudiera mover. Deidara hizo lo mismo conmigo a los segundos, sin ninguna dificultad. 

La cara de la salmón lo decía todo; Ser cogida de esa manera por Tobi no le tiene que gustar nada.

—Suéltala— Articulé con hostilidad.

— ¡Tobi no le hará nada malo!—Se exculpaba—¡Tobi es un buen chico!

Fruncí el ceño al ver cómo ella hacía un leve mohín, por lo que intenté zafarme del que me cogía, en vano. 

— Eso no te lo crees ni tú...Te he dicho que la sueltes. ¿Estás sordo?

— Tranquilízate, o por lo contrario, os mataremos—Habló el rubio.

Chasqueé la lengua.

— ¿Quiénes sois?—Preguntó el artista con seriedad, haciendo presión en mi brazo.

— Nadie, no somos de aquí—Respondí, severa e intentando estar tranquila.

— ¿Nadie?—Repitió con soberbia y ligera ironía—¿Entonces qué hacíais en los arbustos, espiándonos?

Mierda...mis suposiciones se han hecho evidentes; Creen que somos espías.

— No os espiábamos. Estábamos por ahí y escuchamos pasos...Así que nos escondimos para saber de quiénes eran.

Buena excusa, Alice. Buena excusa.

Aunque en realidad, ha sido lo que ha pasado.

— ¿Eso es todo?—Hizo más presión en mi brazo. Si seguía así, me lo partiría.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now