Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

96. Riesgo

Pov Alice

La verdad es que no sé exactamente hacia dónde vamos, yo sólo lo sigo a él. ¿Tendrá algún indicio de dónde puede estar Zetsu? 

Bueno, qué pregunta más tonta...Es Madara, así que sí. 

Miré al cielo, cogiendo aire y cerrando los ojos. Posteriormente, los abrí para mirar su espalda. 

— Creo que va a llover...—Musité. 

El Uchiha se giró a observarme, asintiendo. Paró en seco para esperarme y aceleré un poco el paso para llegar a su lado. 

— Sí— Respondió, ojeando también hacia arriba—. Aunque más bien, creo que habrá tormenta. El aire es brusco y frío. 

 Ya, sí. Estoy notando el frío que cala mis huesos desde que salimos de la base. Me estoy congelando demasiado. Nublándose de igual manera, caerá lluvia en cualquier momento. 

Pero me resguardaré en el largo cabello de Maddy. 

Me apreté los guantes negros y me puse la capucha de la capa, emprendiendo de nuevo nuestra caminata por ese solitario lugar. Prácticamente se podría decir que estaba desierto, porque simplemente habíamos visto una viejita pasar en todo nuestro trayecto. 

Era extraño, pero seguía preocupada de que descubrieran con quién estaba. ¿Por qué? Porque el imbécil iba al descubierto. 

Sí, le importaba una mierda todo e iba con su melena fuera y su rostro. 

— Deja de mirarme con esa cara—Espetó él, frunciendo el ceño y cruzándose de brazos mientras me contemplaba desde su altura—. Ya te he dicho varias veces que no nos descubrirán. ¿Con quién crees que estás hablando?

Rodé los ojos, exhausta e ironizando.

— Con el único y cínico Uchiha Madara—Contesté— .  Pero si vas al descubierto y alguien conoce tu rostro pues...

— Yuki, he creado un genjutsu para que las personas que me miren vean a otra persona, no mi verdadero rostro— Explicó, observándome— . Excepto tú. 

— Oh...—Murmuré, poniendo mis ojos hacia adelante— Bueno, gracias por avisarme desde el principio cuando yo no paraba de comerme la cabeza.

Madara sonrió de medio lado, arrogante. 

— De nada— Dijo— . Contigo es siempre un placer. 

Tragué saliva, cogiendo aire e intentando tranquilizarme. Nos metimos por una pequeña y fina vía, cuando una ráfaga de viento nos pasó, dejándome ciega porque el pelo se había puesto en mi cara.

Genial, esto es lo bueno de tener el cabello largo. 

Bufé, una vez sentada, y por el rabillo del ojo pude darme de cuenta de que él me observaba con mofa y diversión. 

— ¿De qué se supone que te ríes, eh?— Gruñí— Tú también lo tienes largo, deberías de entender mis problemas.

Alzó las cejas, todavía provocándome con sus expresiones. 

Su mayor entretenimiento es pelear conmigo o retarme, estoy más que segura de ello.

Se acercó a mí y empezó lentamente a apartarme los mechones de cabello que se habían quedado a dormir en mi rostro, entretanto me quedaba quieta para que lo hiciera mejor. 

Pero tardaba demasiado, y sabía que lo hacía a posta. Como siempre cuando necesitaba su ayuda en algo. 

— Madara, date un poco de prisa...Así no puedo ver— Expresé, sonriendo con malicia— . No puedo ver tu increíble rostro si no me lo quitas.