104. Pisadas esclarecedoras

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...


Entrecerró los ojos sin decir ninguna palabra después de eso, esperando a que él fuese el primero que hablaba nuevamente. 

Sabía que más que nada, debía de mantener en calma con ese hombre. Si no, todo estaría más que perdido. 

Si tenía que contar hasta diez más de veinte veces, tendría que obligarse a hacerlo por el bien de todos y de lo que pensaba. 

— ¡Tú secuestraste a mi hermano Bee! —Dijo en un fuerte alarido. 

Y ahí estaba, el primer grito de muchos que probablemente escucharía a lo largo de ese cansino y fastidioso día. 

— Técnicamente no fui yo, fue el idiota de mi compañero— Respondió como si nada, refiriéndose obviamente, al emo vengador que tanto quería pegar.

El hombre frunció el ceño, enfadado.

— ¡Pero tú no hiciste nada para impedirlo! 

— Porque no pude hacerlo, lo hicieron a mis espaldas— Contestó, sin darle más vueltas— . Además, él está vivo. No veo motivo en quejarse de algo así.

Alice miró a su derecha y vio un sofá para sentarse. Sin pedirle permiso a nadie, fue hacia él lentamente y se sentó en presencia de todos. 

Expectantes estaban la mayoría, pero otros más curiosos de quién era, qué era lo que hacía y qué estaría por decir en aquella reunión privada.

— ¿Y si hubiera llegado a morir, qué?—Preguntó Omoi, reservado. La chica miró hacia él— ¿No os paráis a pensar en eso los de vuestra organización? ¿En lo que hacéis a los demás y a su gente?

— Él no iba a morir de todas formas— Habló, impasible. Extrañados siguieron escuchándola— . No era su momento.

— ¿A qué te refieres...?— Interrogó nuevamente el kage, a punto de estallar.

La ojiverde ladeó la cabeza, con una mueca maligna.

— A que le ayudase o no, mi gente no hubiera sido capaz de matarlo. 

— ¿Por qué lo dices, joven?— intervino esta vez la chica de cabello blanco y morena, que ahora mismo no recordaba su nombre.

— Porque es así— Espetó. 

Todos se quedaron en silencio y compartieron miradas extrañas y cómplices entre los de la nube; A parte de que aquella chica parecía estar en completa calma, sus palabras resultaban ser algo impactantes. 

¿Pero quién les decía a ellos que era verdad o no?

Alice confiaba en su plan, en que tomarían interés en lo que ella estaba diciendo. Pero también sabía, que el raikage podía llegar a ser una persona muy impulsiva, desconfiada y agresiva. 

Tenía que mantener una mente fría, en todo momento. 

Aunque saliese bien o no, tenía la otra parte del plan donde su gente formaría parte.

Aun así era algo incómodo estar en una sala con esa gente, preferiría estar en otro lugar con alguien diferente. 

Con la suya, con los que pertenecía.

— ¿Supongo que sabes lo que podemos hacerte si no hablas, no es así?— Expresó C, serio. 

 La de la trenza sonrió con sarcasmo, sin echarle gran importancia a su advertencia. O, más bien, amenaza.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now