Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

25. Emotividad tóxica

...

—Mira que eres torpe. 

—Cállate...

Al quedarse solos y al ver que a la salvaje Alice le sangraba la mano, el Uchiha mayor la llevó a vendársela pacientemente. Mientras, la pelinegra estaba ida, más de lo acostumbrado; No estaba en aquél lugar, no paraba de pensar.

Si no hacía algo rápido, Sasori iba a morir. 

—¿Tanto te molesta qué se hayan ido?—Preguntó, frunciendo un poco el ceño entretanto la vendaba. 

Ella no respondió, lo único que hacía era mirar hacia abajo con la mirada en alguna parte, pensando en qué hacer y tranzando un buen plan y la manera en cómo contárselo a su amiga. 

—Ya veo que me odias más de lo que pensaba.—Habló frío.

—Yo...No te odio.—Murmuró leve. Aun así, lo suficientemente alto como para que él lo pudiese escuchar. 

Obviamente. Ella no lo odiaba ni nunca podría llegar a hacerlo, en realidad. Madara se sorprendió un poco pero, al instante, volvió a su misma cara de siempre. 

—Entonces,—Dijo—¿Qué te pasa?—Interrogó confuso.

—Nada importante.

Pero el Uchiha se estaba empezando a molestar; Que le dijera que no le pasaba nada con esa cara mirando a la nada, realmente le pateaba el estómago. ¿Pensaba que era tonto o qué?

—Si tú lo dices.—Apretó fuerte la venda. 

—¿Estás celoso?—Sonrió Alice, un tanto divertida.

Él volvió a apretarla, ésta vez, más fuerte.

—¿Yo, celoso?

—¿Quieres hacerme sangrar más la mano?—Inquirió ésta molesta.

—La estoy apretando para que no sangre más.—Profirió con el ceño fruncido—Por si no lo sabes, te has clavado las uñas bastante fuerte.—Denotó y subrayó su acto—Tú sola. 

—Bueno...—Susurró, haciendo una mueca de fastidio, para después bufar—Y no, no es eso.—Comentó tranquila—No es que me molesten que se hayan ido. No en parte, al menos.—Confesó sin preámbulos. 

Parecía ser que el arrogante líder de los Uchihas no se contentaba con eso y, todavía seguía molesto. Pero...La había traído al verla sangrar para poder vendarla...

¿Significaba eso que se preocupaba por ella?

Ali subió su mirada hasta encontrarse con la suya; Parecía tranquilo, concentrado en lo que tenía delante de él y en acabar. Pero...¿Cómo podía él importarse por alguien como ella?

¿Por qué cojones le ayudaba?

Madara había pasado toda su vida lleno de odio y tristeza, con resentimiento en todo su ser. Odiaba cómo le arrebataron la vida a su hermano y no sentía nada por nadie...Es más, muchas veces había manipulado, aunque él también lo esté siendo. 

Y desde hace mucho tiempo, Alice sintió algo más que vacío dentro de ella. Manifestó otra cosa...

Sintió tristeza. Un fuerte golpe que le amenazaba en el pecho.

—Ya está bien.—Soltó abruptamente la mano.

—No, no lo está.—Alzó una ceja, sorprendido y confuso por su repentino acto—Se te podría infectar.—Inquirió, cruzándose de brazos. 

—Te he dicho que está bien.—Habló fría y distante. 

Él frunció el ceño al ver cómo se levantaba de tal manera; Rápida y sin mirarle a la cara. La ojiazul se levantó de allí para dirigirse hacia fuera, a respirar un poco de aire. No quería estar más ahí, no quería observar su rostro para nada.