37. El fuego que se acerca

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...

—¿A-Algo pendiente?—Preguntó alejándose un poco.

—Así es...—Dijo, sonriente.

De manera veloz, para obstaculizar cualquier acción, Alice puso los brazos en forma de cruz, evitando que Madara se acercase más, cosa que logró.

—Antes que nada...—Habló seria y reticente—¿No hay algo que me tienes qué explicar?

—Me da a mí que Obito ya te ha hablado suficiente.—Dijo cruzándose de brazos, malhumorado—¿No crees?

—Oh...¿Celoso?—Preguntó con malicia la azabache.

—¿Qué habéis estado haciendo?—Inquirió serio, mirándola directamente.

—¿Ves este colchón?—Expresó ella señalando la cama que tenía debajo, cual vendedor de muebles—Pues ha sido mancillado con nuestros desnudos y sudorosos cuerpos.

—Yuki...—Susurró hostil.

—Está bien, está bien.—Sonrió con picardía, haciéndose la inocente e inofensiva—Sólo estábamos hablando de que estaba demasiado desgastada y habría que limpiarla.

Él frunció el ceño.

—¿Limpiarla...?

—De tanto usarla los dos.—Sonrió aún más mostrando los dientes, pareciéndose al gato Cheshire.

A Madara pareció entrarle un tic en el cuerpo, y su rostro se hizo más serio, mirándola con reproche por querer burlarse de él. Mientras, Ali estaba con una sonrisa en la cara, a gusto molestando a su Uchiha.

—No pongas esa cara, que es una broma.—Suspiró la otra de manera graciosa—Simplemente hemos hablado, nada más.

—Mejor.—Manifestó frío.

La ojiazul se cruzó de brazos e infló un poco los mofletes, haciendo ver que no estaba conforme con nada de lo que pasaba.

—Aunque no deberías meterte en esto, Yuki.—Dijo, acortando la distancia de ellos de nuevo. Una vez ya lo suficientemente cerca, cogió uno de sus mechones y se lo acercó a los labios, para después acariciarlo con dulzura—No tendría que haberte traído aquí, ese.

Ella tragó en seco y desvió la mirada, ya que dentro de ella algo se estaba desbordando y su estómago no hacía más que jugarle malas pasadas.

—Ha pasado un tiempo desde que no nos veíamos...—Murmuró, mirándola a los ojos.

—Sí...Es cierto.—Habló ella, tras un suspiro—Me preguntaba dónde habías estado, pero ahora ya me hago una idea.

Él sonrió y se sentó a su lado, aún observándola. Ella estaba acariciando a Tomoe, y se movió un poco para ponerse mejor, pero el azabache la agarró de la muñeca y la colocó—Literalmente—demasiado cerca. Tanto, que cada uno podía sentir el aire que salía de la boca del otro.

—Sigues poniéndote nerviosa cuando me acerco.—Sonrió con picardía, analizando cada facción de su rostro.

—No estoy nerviosa.—Mintió ella, intentando mantener la calma.

Pero con él, sabía que mantener la calma de una forma u otra, nunca era posible.

Él llevó sus dos manos a la nunca de la ojiverde, pasando sus brazos en torno a su cuello y, sin que ella realmente lo quisiera, poniéndole aún más nerviosa, si eso era posible.

—¿Y ahora?—Sonrió de manera traviesa.

—N-No...—Tragó en seco, haciendo todo el esfuerzo por respirar bien.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now