Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

14. Día problemático

Le dedico el capítulo a mi lectora @NS__15, gracias por tus comentarios:)

¿Os gustaría qué le dedicase alguna canción que personificara a Maica y a Alice o alguna relación de ellas con los chicos? Me gustaría que opinaseis, si es posible.

Acabo de publicar el prólogo de mi novela ''The Dark of your soul-The Evil Within''que ya os comenté—La gore que todas votasteis—. Si os pasáis y os interesa, espero que os guste.

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Pov Alice

—Adelante.—Habló el pelirrojo, sentando en su silla.

—Soy yo.—Dije, asomando mi cabeza por la puerta.

—Te estaba esperando.—Se levanta—Pasa.

Como de costumbre, me quedé puesta en frente de él, mirándole sin pestañear con los brazos cruzados.

—¿Qué pasa?—Pregunté un poco desconfiada.

—Tranquilízate, Yuki.—Me dijo, sabiendo mis pensamientos a la perfección.

—Es raro que me llames solo a mí...—Expresé.

—Quiero hablar de algo contigo.

Nooooo, ¿En serio? Pensaba que querías jugar a las palmaditas...

—Ah, si.—Contesté—¿De qué?

—¿Hay algo qué me tengas que decir?—Habló rápido.

—Que yo sepa, no.

—No pienso lo mismo.—Espetó, mirándome a los ojos con seriedad. Al verlo, fruncí el ceño.

—Bien, pues suéltalo ya.—Hablé simple. Si quería decir algo, que fuese al grano de una maldita vez. No me gustaba dar muchas vueltas.

—¿Pasó algo en Konoha?—Interrogó.

—Ya te dije que no.—Suspiré con pesadez.

—Tienes una cara bastante...''Pálida''—Enfatizó, sin dejar de mirarme—Desde que viniste.

—Eso es porque últimamente no he dormido bien, ya te lo expliqué...—Contesté, arrugando la nariz—Y en Konoha tampoco me sentía del todo bien.

Él no me dejaba de mirar ni un solo segundo, inspeccionándome con el rinnegan lo más que podía. Atisbando o no, si podía estar mintiendo.

—Pain...—Hablé, viendo su cara. 

—Deberás tomar reposo.—Sentenció, esta vez, apartando la mirada de mí y suspirando brevemente.

—Ya me lo has dicho antes.—Dije. Él se giró a mirarme molesto, por supuesto que lo sabía.

—Pero no me has hecho caso.—Me miró con mala cara y el ceño fruncido—Saliste a entrenar en este estado.

—Ya, bueno...—Articulé, rascándome la nuca sin saber bien qué contestarle. Paré de golpe al darme cuenta de algo y clavé mi mirada en él—Espera un momento...¿Me estabas vigilando?

—No tengo intenciones.—Respondió, simple—Pero escuché ruidos fuera y justamente te vi.

¿Acaso lo único que vio fue como entrenaba?

—¿Y cuánto tiempo estuviste fuera?—Le pregunté burlona. Quería ver si lo pillaba en un descuido.

—He.—Sonrió con prepotencia—¿Ahora eres tú la qué hace las preguntas?—Bufé un tanto divertida, quitándole la vista de encima para luego volver a mirarle al hablar—En cuanto te vi, me volví a meter enseguida.