Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

5. Sorpresas y Secretos

Pov Alice

— Por casualidad... ¿Iremos a alguna misión?—Pregunté con curiosidad.

— No por el momento. Pero no voy a tener a dos personas en la organización que no saben hacer nada. Lo mínimo es que os sepáis defender.

— ... Ahí te doy la razón.

Maica y yo seguimos a Pain hasta las afueras de la cueva. No me había fijado que, realmente, el exterior era bastante bonito y espacioso. Era acogedor. 

Parecían tener buen gusto con este tipo de cosas, quién lo diría. 

Una vez se colocó en una buena posición, recto y con un semblante severo, me observó directamente. 

— Yuki, muéstrame lo que sabes— Ordenó—. Atácame. 

¿Que le ataque? Bueno, improvisaré.

No tengo ni idea de cómo lo hice, ni siquiera de si lo que acababa de ver era verdad, pero... En un instante, aparecieron pirámides de hielo del suelo.

Me quedé asombrada. 

¿Cómo narices lo he hecho? ¿Se nos habrán otorgado por estar aquí? Entonces, puedo utilizar el elemento agua y aire, interesante...

—¿Kekkei Genkai de hielo?— Susurró para si mismo. Parecía reservado y metido en sus pensamientos— Ya veo...Misaki, te toca.

— De hielo...¡No me sorprende!—Habló Mai, con picardía. En cuanto se anonadó de que el líder le hablaba, asintió nerviosa—Ah, s-sí.

Por alguna razón y contraria a mí, Maica hizo sellos de tierra. Por consiguiente, logró que apareciera una muralla de roca y una llama de fuego en su otra mano.

Así recordé que, si se combinaba el elemento tierra y fuego, salía la increíble lava que podría llegar a hacer.

Esto es increíble...

—Elemento tierra y fuego...Bien.

Ante la inescrutable mirada de Pain, asentí y me crucé de brazos.

—Vaya, no está mal— Comenté, algo burlona —. Pensaba que lo harías peor. 

— ¡Gracias!—Sonrió. Me señaló con su típica sonrisa—Y tú elemento hielo...Qué raro, ¿No?

Hice un ademán sarcástico, moviendo la cabeza.

—Pasa de mí, cariño.

— No podría.

— Ya basta—Se puso serio, provocando que acabásemos con nuestra "discusión" tan normal en nuestra amistad—. Tenéis buenas habilidades, ¿No dijisteis que no eráis ninjas?

—Y no lo somos—Contesté con reserva. 

Podría sonar inverosímil, pero era la realidad. 

Claro estaba que después de que nosotras dijéramos tan serias que no éramos shinobis y ahora se nos viera estas habilidades, tiene que ser difícil de creer para alguien tan fuerte como él. 

Su expresión se enserió más ante mis sinceras palabras, y sus ojos se entrecerraron para observarnos en silencio con algo de, para mí, desconfianza.

—...Hemos terminado—Profirió, dándonos la espalda y marchándose por la cueva.

—¿No necesitaremos entrenamiento?—Preguntó mi amiga. Era una pregunta bastante normal, yo también lo quería saber.