68. Incondicional

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...

La cueva estaba en un intenso silencio, iluminada por la tenue luz de las antorchas colgadas de las paredes. Y ahora todos se hallaban allí, de una forma u otra y con sentimientos diferentes.

Desde ese momento, no había dejado de llover en ningún instante.

Sasuke estaba en una habitación diferente intentando descansar, ya que se había desmayado y todavía seguía durmiendo. No se había despertado desde que cayó al suelo, en estado de shock por todo lo que acumulaba. Por otro lado, su hermano, después de abrir los ojos por míseros momentos, volvió a perder el conocimiento por la fuerte fatiga que sentía su cuerpo. 

Alice también estaba ahí, al lado de él. Se había calmado bastante, mas ahora estaba demasiado callada, no pronunciaba gran palabra. Pero Maica la hacía compañía, no quería dejarla sola ni un momento, aunque ella se mantenía creando ungüentos y medicinas para cuando el Uchiha se despertase.

Ésta sabía que había ayudado a su amiga tal como hizo ella en su momento. Se lo debía. La quería y no podía dejar que pasara por algo así, tenía que ser ella también salvada.

—¡Vale, ya está!—Exclamó la salmón, cerrando la botella—Cuando vuelva a despertar le pones algunas vendas en el brazo, que aunque he intentado sanárselo lo más que he podido, necesita vendárselo.

—Está bien.—Respondió la azabache, observándolo. Al menos, ahora respiraba como era debido, pero su preocupación iba a parar a otras razones, también.

—No tardará mucho en despertarse, amor mío.—Sonrió la salmón, al verla así—No pongas esa cara, que me harás llorar.

La de ojos verdes hizo una leve mueca en forma de sonrisa y asintió, levantándose. Ante la curiosa mirada de su mejor amiga, salió de la habitación en la que estaban, con una mirada algo fría. 

Traspasó el pasillo y sus ojos se fijaron en otra puerta de madera que se cernía frente a ella. Sin dudarlo un solo momento, la abrió sin más. Para sorpresa de los dos que estaban ahí, Yuki se quedó justo en el lugar donde había entrado, no se movía y dejaba la puerta abierta. 

Uno de ellos lo miró con una mirada un poco vacía, sin saber bien qué hacía ella allí. Ni en el momento que la había visto rescatar a su hermano. Mas, Obito...Sólo se mantenía mirándola sin decir nada.

Ahora se acababa de despertar.

—¿Yuki...?—Murmuró Sasuke, que parecía que no comprendía nada de lo que pasaba.

No respondió. 

—Tobi, ¿Puedes dejarnos un momento, por favor?—Se giró ella a mirarlo, con una expresión de indiferencia. Él asintió y se reincorporó para salir—Gracias.

Cuando la chica vio de reojo el cuerpo del Uchiha desaparecer por la puerta, agarró el manillar de ésta y fue cerrándola poco a poco, en un completo silencio. Sasuke, aún aturdido, la miraba extrañado y sin saber qué hacía.

Una vez ella había cerrado la puerta y se aseguró de que estaban solos, se acercó al pequeño del clan. 

Aunque él no estaba en todos sus sentidos, sólo la examinaba en silencio. Sin ella tampoco pronunciar nada, se sentó a su lado y se le quedó mirando, para después, estrellar su mano en la mejilla derecha de éste. 

Al mismo instante en que el golpe sonó y el vengador iba a mirar nuevamente a la criminal con una expresión vacía, ella se acercó a él. 

—Te lo advertí, Sasuke.—Pronunció con una voz muy hostil—Te dije que todo lo que pasó en tu clan no era lo que parecía y que tu hermano no era quien creías que era.—Frunció el ceño y se mordió el labio, aguantándose las ganas de pegarle otro puñetazo—¿Y qué haces tú?  Ni volver a llamarnos tal y como dijiste, y encima intentar matarlo. Ni esperaste a saber toda la verdad.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now