10. Konoha

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Pov Alice


Notar como Mai se movía sólo podía significar una cosa; Ya era hora de levantarse. 

El no haber dormido mucho también ayudaba a saber cuando se tenía que levantar una o no, pero sus movimientos lo afirmaban. No se podría decir qué hora era, anoche empezó a llover y no ha parado desde entonces. Estaba oscuro y nublado, aunque con esa ventanita tampoco se podía apreciar bien. 

Un día como estos sólo te apetece quedarte en la cama sin salir, dejando que los brazos de morfeo te lleven y las sabanas te cubran con amor. 

Es precioso cuando llueve. 

—Buf...—Suspiré con pereza.

Me giré a verla; Ella seguía con los ojos cerrados. Estaba absolutamente como un tronco. Cuando duerme, parece inocente. 

Dulce ironía...

Si me muevo quizás la despierto, aunque esta chica siempre ha tenido un sueño profundo y no se percata de la cosas. En cambio yo, con el mínimo sonido ya estoy despierta. 

Pero no, hay que levantarse. Tenemos la misión de ir a Konoha, no se puede hacer el tonto. 

Me recosté tirando de mí un poco de sábana. Miré la pequeñita ventana, no parecía que fuese a parar en ningún momento.

—Ali...—Susurró. La observé de soslayo. 

— ¿Sí?

—¿Ya es hora?—Preguntó, frotándose los ojos con delicadeza.

— ...No sabría decirte—Contesté haciendo una mueca hacia abajo, como si me encogiera de hombros.

— Si no lo sabes, quizás podamos estar más tiempo—Dijo, bostezando.

— No sé yo...Creo que será mejor comenzar ya a ponerse la ropa.

— Mira la hora en nuestros móviles, que cayeron aquí...—Sonrió—Sólo por si acaso.

Ojeé la mesita de noche, y después la cama.

— Aquí nuestros móviles no sirven para eso, la hora no estará bien—Indiqué, destapándome por completo.

Ciertamente, no hemos cogido los móviles las...Dos semanas que hemos estado aquí, pero obviamente no será posible que sepamos la hora de este lugar mediante eso. 

Maica bostezó, si seguía tumbada volvería a dormirse. 

—Va, levanta—Le puse la mano en la cabeza—. Tienes que hacerlo. 

—Está bien, está bien...—Me cogió en un abrazo, como el koala insoportable que era—Buenos días, amor mío.

Asentí repetidas veces, dándole algunos golpes en la espalda para que me dejara libre.

— Buenos días, Mai.

Se levantó de la cama después de eso, yo aún seguía recostada en el colchón porque me estaba acicalando un poco. Mai se giró y me habló.

Me sonrió ampliamente.

—¿Te he dicho lo sexy qué estás así?

— Varias veces...—Bostecé.

— Además, con el pelo suelto y tan largo que lo tienes...—Gruñó. Hizo un extraño movimiento con las manos, como si tuviera garras.

Miss mundo me llaman.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now