Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

36. Parte de verdad

Pov Maica

Había dejado todas mis cosas en mi nuevo cuarto, que tenía un leve toque de color arena—Muy bonito, a mi parecer—, con sábanas grises.

La verdad es que parecía más acogedor que la antigua guarida, pero no dejaré de echarla de menos; Fue la primera ''casa'' que tuvimos cuando llegamos aquí, cuando este sueño de locos ocurrió y los conocimos a todos...

—Ay...—Suspiré.

Bueno, también tendré que ver la habitación de Ali ahora, que dije que iría en cuanto acabase aquí. ¿Qué estará haciendo? Bueno, seguro que tumbada en la cama...

Me saqué la capa y la dejé encima de la cama, bien doblada. 

Dentro de poco lo más probable es que quiera ir a la guarida de Orochimaru para buscar a Sasuke, pero a ver cómo nos la vamos a apañar...Es algo difícil, pero como dijo ella, ahora es la mejor oportunidad ya que él está más débil de lo normal. 

Y, por otra parte, no veo a Hidan desde el beso...

Decidida a ir en busca de mi amiga y pensando, empanada de la vida y sin darme cuenta de muchas cosas, abrí la puerta, sin percatarme de la presencia de alguien.

—Así que...Es verdad que estabas ya aquí, eh.—Habló una voz ronca y demasiado reconocible para mí. 

Me sorprendí y elevé mi mirada, atisbando el cuerpo de Hidan obstaculizándome la salida y apoyándose en el marco de la puerta.

—Hi-Hidan...—Al final me va a pasar como Ali, que cuando digo o pienso algo, ocurre.

—¿Es que acaso no me ibas a avisar de que habías llegado?—Dijo, dando pasos al centro de la habitación y cerrando la puerta tras él—¿Te gustan mis venganzas, verdad?

Aquella sonrisa que me dedicó después de hacerme eso, juro que por dentro, hizo derretirme al máximo.

Y, eso era un gran peligro, ya que había cerrado la puerta y tenía algo en mente, porque estábamos los dos solos, y...

—Sí, yo...—Tragué en seco, intentando mantener la distancia—Te iba a avisar ahora cuando fuese a ver a Yuki, ya sabes.—sonreí—Además, estoy muy cansada y...

—Cansada, eh...—Dijo con sorna—Pero si aún no ha empezado lo divertido, Misaki...

Peligro, peligro. 

Rápidamente me escabullí por debajo de él e intenté ir hasta la puerta, más el fue más veloz y me cogió de la muñeca y me atrajo hacia él, evitando que me escapase.

—Ah, no.—Dijo riendo—Aún tengo más con lo que vengarme...

¡Qué alguien me saque de ésta!

—Hidan...—Dije intentando no tartamudear—Llevo un largo camino y de verdad que estoy cansada, otro día estaré pendiente de ti todo lo que quieras.—Le miré, intentando tranquilizarme y no pensar en otras cosas—Prometido.

—Para eso estoy yo aquí, enana...—Se acercó a mí, agarrándome de la cintura y pegándome a su pecho semidesnudo, ya que llevaba la cama desabrochada—Para desestresarte un buen rato largo.

Oh, Dios, mío. 

Cuando iba a volver a hablar, Hidan aprovechó y se lanzó a mí para besarme, agarrándome fuerte para que no me escapara. 

No opuse, para nada, resistencia. Simplemente le seguí; Claro, siempre me había gustado y, ahora...Parece que es recíproco. 

Llevé mis manos a su blanquecino pelo y fui acariciándolo, provocando una leve risa por su parte y que volviese a besarme con fuerza, bajando sus manos de mi espalda hasta mis caderas con lentitud y ganas.