Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

100. Algo más brillante

Pov Maica

Eran las doce de la mañana, y seguía dando vueltas por la base desde las siete. Había madrugado básicamente porque no podía dormir, estaba nerviosa.

Nerviosa por ella, por Alice. Estaba demasiado preocupada de lo que podría pasar.

Como había dicho antes, confiaba en que Madara no dejase que la tocasen, pero no podía evitar inquietarme por su estado. 

Y más cuando hablé con su dúo artístico. Y sobretodo...Cuando Obito apareció diciendo que ella quería hablar con él. 

¿De qué se suponía que quería hablar? ¿Qué estaría pensando ya?

Esto me da muy mala espina...

— Misaki, cálmate un poco. 

Paré en seco, cogiendo una fuerte bocanada de aire y haciendo caso al azabache. 

— No puedo— Afirmé, suspirando. Cerré los ojos e hice una mueca— . Es que, Sasuke...Tú no sabes la suerte que hemos tenido en estos ámbitos. 

Y más cuando pasan cosas tan inesperadas. 

  — Pero al fin y al cabo, siempre habéis salido de esa, ¿O me equivoco?— Expuso, cruzándose de brazos con un rostro severo. 

Me lo quedé mirando, hasta que finalmente asentí. 

— Tienes razón...Pero no puedo evitar sentirme así.

El del clan bufó, entornando los ojos. Posteriormente, miró a su hermano, quien había estado desde hacía rato junto a nosotros. 

— Nii-san— Comentó. Casi me derretí por la forma en la que lo dijo, me encantaba que hablase así a Itachi— . ¿Tú qué piensas?

— Que hay que ayudarla si algo malo ocurre, eso es lo que pienso— Respondió, serio. Se apoyó en la pared y cerró los ojos en un gesto pensativo— . Dudo que los kages se queden quietos en algo como esto... 

— ¡A matarlos a todos!— Grité, poniendo mi puño en alto. 

Al segundo, recibí una mirada de Sasuke que me decía; "Estás loca"  o, también "¿Qué te ha dado ahora?"

Me encogí de hombros.

— Es algo que Yuki diría...— Me escudé.

 Itachi sonrió mansamente. 

— Algo así— Musitó el de pelo largo— . De todas formas, hay que pensarlo fríamente. 

Lo sé, lo sé...Y por eso estoy esperando a que venga Obito para acribillarlo con miles de preguntas sobre de qué ha hablado con mi Ali. 

El esperar algo así me estaba torturando mucho, ¡Quiero saberlo ya, por favor! 

El pequeño del clan asintió sin más, para después depositar su vista en mí en cuanto hice un gesto extraño y desesperado (porque así soy cuando tengo algo en mente). En cuanto me di cuenta de que me estaba observando, le sonreí como la que más. 

Giró el rostro.

Inflé los mofletes por la quinta vez o más que me lo había hecho y me dirigí a él, a paso firme. De nuevo, volvió a mirarme.

— ¿Qué?— Me dijo, mirándome altivo. 

Alcé mi mano y directamente, empecé a tocarle el cabello y a desordenárselo. 

— Deja de hacer eso de una vez— Espetó, pero negué varias veces con la cabeza.

— Me relaja— Admití, ahora poniendo la otra mano— . Así que te aguantas y disfrutas.