Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

20. Pergaminos y silencio

Pov Alice

—Yuki.—Habló una voz masculina, sacándome de mis profundas sensaciones y pensamientos, como siempre—¿Estás bien?

—¿Eh?—Me giré un poco aturdida a mirarlo—Sí, claro. 

—No lo parece.—Me miró serio, incrustando sus negros ojos en los míos.

—Itachi, sólo estaba pensando...—Sonreí—Nada más.

—Hmp...—Se limitó a decir.

—¿Qué?—Pregunté, observándolo con los ojos entrecerrados y con cara de ''Di lo que tengas que decir''.

—No, nada.—Respondió.

—Ajá...

Había tenido una sensación un tanto extraña, pero la dejé correr y prefiero no centrarme en eso. Aunque espero que realmente no sea nada, porque cuando me entran sensaciones así, algo va mal...

Hacía un día soleado, cosa que no me gustaba del todo; Yo quiero tormenta y lluvia, los días soleados no van conmigo. Incluso podría estar un poco nublado, pero no...Está compleeeeetamente despejado. 

Quizás si hago la danza de la lluvia...

—Yuki-san—Me llamó Kisame por delante, sin llegar a girarse del todo—¿De dónde eres?—Me preguntó.

Joder, ya estamos otra vez. ¿Por qué narices tienen qué hacer todos esa misma pregunta? 

Al bufar, mis ojos fueron a parar al chico que tenía al lado. Itachi me dedicó una mirada tranquila pero definitivamente, esperando una respuesta por mi parte. Le miré y volví a suspirar.

—Pues...De bastante lejos de aquí, básicamente.—Dije simple—No sabríais si os lo dijera.

—Inténtalo.—Habló Itachi, mirándome desafiante. 

Le miré con mala cara y reproche, para luego sonreír. 

—Veréis...—Sonreí ampliamente—Os vais a quedar con las ganas.

—Qué mala eres, Yuki-san.—Se quejó Kisame.

—Es lo que hay.—Canturreé. 

Observé al Uchiha por el rabillo del ojo para ver su reacción, pero no dijo nada. Su rostro seguía siendo el mismo.

—Al menos, responde a algunas cosas.—Seguía insistiendo el de cabello azul.

—¿Y por qué no respondéis algunas vosotros?—Pregunté.

Aunque ya sepa cada detalle y cada historia de cada uno de vosotros...

—¿Qué quieres saber?—El poseedor del sharingan me miró directamente a los ojos, jugando con la mirada.

—Me da igual...—Dije, expresando que me contasen lo que ellos decidieran.

—Creo que sabes de nosotros lo suficiente.—Manifestó, para luego mirar hacia adelante.

—Es posible...—Susurré con una leve sonrisa.

—¿Misaki-san también vivía dónde tú?—Preguntó el chico alto azulado.

—Sí, vivíamos en el mismo lugar.

Ciertamente...Nuestras casas estaban bastante cerca la una de la otra, y venimos del mismo mundo, por lo tanto no es mentira. 

Pero esto del interrogatorio no me está gustando.

—¿Os conocéis desde pequeñas?—Siguió con su curiosidad intacta.