15. Enigmas

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...

—¡Yuuki!

—¿Hm?—Se giró la pelinegra al escuchar su nombre.

—¿Qué haces aquí fuera?—Preguntó extrañada—¡Está lloviendo!

—Quiero mirar algo.—Contestó observando a las profundidades del bosque.

—¿El qué?—Volvió a interrogar la otra, confundida y sin saber de lo que hablaba su amiga—Ya lo mirarás otro día, te pondrás mala. Y no quiero que te vuelva a pasar lo de la otra vez.

—Hablas mucho.—Manifestó en voz baja, pero definitivamente, audible.

—No.—Dijo rápidamente—¡Eres tú la que habla poco!

—Qué va, yo soy la que más habla de toda la organización.

«Ésta mujer lo hace a propósito...» Pensó Maica, reticente.

—¡Qué entres!—Exclamó ella, un poco alterada.

—¡Qué no!—Clamó la azabache—¡Tengo que ir a encontrarme con mi amado!—Dio voces, mirándola sentimental.

—¿Tienes fiebre?—Preguntó extrañada su amiga. Aquella situación no era normal ni de broma.

—No, pero un poco caliente sí estoy...quizás por lo de anoche.—Dijo llevándose la mano derecha a su mentón de forma pensativa.

«Está intentando hacer que me enfade...» Rumió con mala cara «Pues no lo conseguirá».

—¿Y no me invitaste?—Interrogó ella con una sonrisa picarona.

—No me gusta compartir.—Afirmó Alice con los ojos cerrados, negando con la cabeza decidida.

—Ah, ya veo.—Dijo—Lo querías para ti sola...—Rugió con perversidad—Como se entere Madara...—Dijo para picarla y esperando su reacción.

—¿Madara?—Se giró para verla de nuevo—Pero si fue lo de ayer con él.—Sonrió con malicia la ojiazul, mirándola y viendo cómo su expresión cambiaba cada segundo.

«Vale, lo ha conseguido.»

—¡Qué entres!—Al fin y al cabo, la salmón no pudo aguantar más y salió corriendo detrás de ella, intentando atraparla.

—¡Qué poco aguante tienes!—Dijo Alice con picardía, esquivando a su amiga a cada momento que ésta intentaba cogerla.

—¡Deja de jugar!—Reprochó, viendo como no podía atraparla ni una sola vez—¡No es divertido!

—¡No lo será para ti!

Maica siguió intentando atrapar a su amiga, pero ella esquivaba fácilmente sus intentos de atraparla. En un momento, Mai fue directamente de frente y la azabache, en vez de correr, se quedó parada esperando a que viniera. La salmón se sorprendió por aquello, parándose también en frente suyo.

—¿Por qué te has parado?—Preguntó incrédula y desconfiada.

—¿No querías cogerme?—Sonrió—Pues aquí me tienes.—Dijo abriendo los brazos.

La situación le decía que no se fiase, que seguro que su amiga sádica le haría alguna que otra jugarreta, como siempre.

—Vamos, aquí estoy.—Seguía diciendo, mirándola con los ojos entrecerrados.

—Mmm...—Maica la observaba, seguía sin confiar.

—Pues si no vienes, me voy.—Dijo al fin su azabache. Bajando los brazos y marchándose de su posición anterior.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now