22. Situación dolorosa

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Ya sabéis, os aconsejo que escuchéis la canción de multimedia en el episodio, esta vez en la parte que queráis :)

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...

La base estaba en un silencio permanente. Algunos de los compañeros aún faltaban por llegar, sin embargo, su duración no iba a ser demasiado excesiva.

Alice, quien seguía de la misma forma; Enferma y sin poder respirar bien, sufría de diferentes maneras. Mientras tanto, Itachi no se había movido de su lado. Pero, para ser más precisos... No quería hacerlo.

¿Qué era lo que le pasaba...?

...


Por otro lado, con cierto grupo...

—¿Por qué sigues sin hablarme?—Replicaba el albino a cierta chica, quien había estado ignorándolo todo el trayecto.

—¿Tú oyes algo, Kakuzu?—Dijo mirando confundida a los lados—Creo que hay cierto ruido molesto...

El moreno se rió entre dientes.

—Os odio.—Gruñó—Algún día os haré sacrificio para Jashin-sama, lo juro por él.—Contestó irritado por sus compañeros de viaje.

—Realmente eres idiota, Hidan.—Habló Kakuzu—A mí no me puedes hacer nada.

—Pero a esa chiquilla de ahí, sí.—Sonrió con malicia, mirándola de arriba a abajo.

—¡¿A quién le llamas chiquilla, cabeza hueca?!—Exclamó enfurecida, dando pasos hacia él.

—¡Pensaba que no me hablabas!—Dijo con un leve tono gracioso pero a la vez, molesto.

—¡Imbécil!

—¿¡A qué te hago sacrificio, guapa!?—Gritó acercándose a ella.

—¡A ver si te atreves!—Vociferó ella también, dando zancadas hacia el albino sin miedo—¡No podrás ni tocarme!

—Serás...—Pronunció arrugando la nariz.

—¡Basta ya!

El inmortal moreno se había hartado ya de las discusiones de sus compañeros, quienes se sorprendieron por su repentino alarido y no paraban de decirse cosas una y otra vez. Pero el caso es, que el religioso siempre le buscaba a ella para pelear o hablar.

—Está bien, no haré nada más.—Expresó la chica, de manera inocente.

—Encima...—Sonrió con malicia el religioso—Ya verás.

—Hidan.—Avisó a su compañero, diciéndole con la mirada que parase de una vez, o la tendrían.

El albino bufó y, la joven de cabellos anaranjados y rubios, le miró con carita de ángel. Cosa que le dio más rabia todavía.

—Ya estamos aquí.—Finalizó el de los hilos al ver la gran roca frente a ellos.

—Tengo ganas de ver a Yuki.—Dijo su amiga sonriente, con ansias de abrazar a su borde e idiota amiga.

La verdad, e indiscutiblemente, la había echado mucho de menos.

El grupo sin más, entró. Pero una vez dentro, se extrañaron bastante de que todo estuviese tan calmado y silencioso. Eso fue así, hasta que vieron aparecer a Deidara con una cara un tanto preocupada.

—¡Deidara!—Saludó felizmente la chica con una gran sonrisa.

—Misaki...—Se sorprendió y acto seguido, la miró un poco triste y compareciente.

Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|Where stories live. Discover now