Mundo deseado|Akatsuki & Naruto|

69. Revés

...

«Mátame tú». Era la contestación que había dado Obito a las palabras de Alice, y de una manera u otra, ella se sorprendió levemente, pero lo sintió mal, espinoso.

Que él la matase a ella, o que ella le matase a él.

Los dedos de Obito se entremezclaron en su cabello todavía algo húmedo, mientras que la chica tenía su cabeza en su pecho porque éste, la había atraído hacia él. Tras quedarse ella un rato en silencio y sin moverse, un ápice, apoyando su mano en el pecho de él, se apartó meramente.

Bajo su atenta mirada, dirigió sus manos a la máscara anaranjada, deslizándola para poder verle la cara al completo. 

—Será lo último que haga, Obito. 

El Uchiha entronó los ojos, observándola debido a que, ella, lo miraba decidida y directamente a los ojos.

—Estoy decidida a ayudarte, no contemplo algo distinto.—Dijo, casi como en un susurro—No voy a dejar que sigas así, sombra...Juro que haré que cambies de opinión. 

Alice le dedicó una pequeña sonrisa ladeada y apretó la máscara. El azabache profundizó la mirada, intentando ver alguna flaqueza. Intentando averiguarla, descifrarla...Pero no era posible, ya conocía cómo era esa chica. 

Aunque no hacía más que ponerse más misteriosa. 

—Te dije que no había esperanza.—Habló, al fin. Con una voz grave y ronca—Ni para mí, ni para nadie. Éste mundo lo único que contiene es oscuridad, pequeña.—Deslizó su mano por la muñeca de ésta hasta llegar a su máscara, cogiéndola con lentitud—Lo sabes, pero sigues insistiendo en que la luz existe y no lo quieres admitir. O es que acaso... piensas también que Madara, uno de los peores, ¿Se puede salvar?

Volvió a apretar el puño, pero ahora, más fuerte.

—Sin duda alguna.—Respondió. 

—Es curioso ver cuántas facetas puedes tener, Alice...—Manifestó, serio. Aunque, a la vez, parecía tranquilo. O lo hacía ver—Sería interesante conocerlas todas.

—Tanto como verte tener un poco de esperanza.—Contestó. 

Miró hacia arriba por la altura; Había hasta veces que se sentía pequeña al lado de muchos. Al ver que su mirada seguía en ella, expectante y oscura por sus ojos, suspiró y se asintió a si misma; No se iba a retirar ahora.

Pero no era la única cabezota con sus ideas. 

Apoyó de nuevo su mano en el pecho de él, pero ahora en un puño. Como si se sintiera irritada. Bajo la atenta mirada de él, que no observaban a otro sitio, suspiró. Pero ella estaba más que abstraída. En su propio mundo mientras cavilaba y pasaban demasiadas cosas por su enredada mente, pensando en todo lo que había que hacer y en su pasado.

Sin más, la puerta se abrió de un golpe. Ésto provocó que velozmente Obito girase su rostro en dirección contraria para colocarse su máscara, y que la ojiverde mirase curiosa y extrañada a la persona que había entrado, quitando la mano de él. 

—¡Te necesito ahora, Ali!

Maica. 

La nombrada se giró para estar en su dirección. Confundida, alzó una ceja. Pero por la mirada que tenía su mejor amiga, indicaba que tenía que ir ya.

—Está bien, ahora voy. 

La salmón asintió con una sonrisa pícara y se marchó de allí, dejando la puerta abierta.