◖ 𝘚𝘐𝘕𝘕𝘌𝘙 ◗ - 𝙉𝙖𝙣𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙏𝙖𝙞𝙯𝙖𝙞 -

◖66◗

66 —
Ｄｅｎｔｒｏ　ｄｅｌ　ｃｏｒａｚｏｎ.　
育艶プ

" Mi cuerpo es un producto que se vende en un estante
Dime que puedo cambiar
Dime que puedo cambiar

Bueno, sé que te estás acostando
Contemplando tu propia muerte. "

Si no fuera por que ya conocían a la azabache, dirían que la ojiazul fue tremendamente borde con sus propios hermanos, incluso hasta dejaba un sentimiento de incomodidad y de mal augurio para estos, como si así quisiera que la despedida fuera mucho mas amena e indolora. Y aunque los puntos de vista cambiaban entre los pecados y los propios hermanos, para quienes la despedida fue mucho mas que dura y insatisfactoria, y también entre la oscura y retorcida mente de Némesis, todos tenían algo en común:

No era momento para andar con tonterías, la situación se había torcido demasiado y, aunque esos 2 días de "relajación" habían sido bastante buenos para la mentalidad de los Pecados, era momento de volver a la acción.

En la taberna, todo se había puesto otra vez en marcha a medida que la noche avanzaba, la Mama de Hawk había recibido indicaciones claras de hacía donde se tenía que dirigir y, mientras las estrellas cubrían el cielo, no había parado de caminar de retorno al punto inicial de hace 2 días para luego continuar caminando hasta que el sol comenzó a salir. En ese punto, decidió descansar un poco y esconderse bajo el manto de tierra de una montaña, al borde del precipicio donde se podia observar ya en esos momentos la salida del sol relucir.
Fue una noche de descanso total para los habitantes de la taberna, quienes decidieron que lo mejor que es noche les podía ofrecer era descansar y recuperar energías para lo que, seguramente, se les avecinaba encima la mañana siguiente al volver con su búsqueda de los Pecados Capitales restantes. Pero aún así, los pensamientos y malos augurios no habían parado de recorrer las habitaciones de esa taberna.

Tal vez por la brusquedad de su ida, o por el extraño comportamiento de la Capitana de ese grupo de extravagantes guerreros tuvo tan pronto visualizo aquella rústica casa donde pareció crecer, también pudo ser por su repentina recaída que nadie se había esperado y que malamente había sido justificada. O por el simple hecho de que ir ahí había generado mas dudas de las que incluso antes poseían sus compañeros, al contrario de lo que pensaron estos.
Esos pensamientos e intentos de acreditar sus actos rondaron durante toda la noche la cabeza de un pequeño rubio, quien había descansado en la soledad de su habitación solamente con estos mismos pensamientos y la frialdad de la que se había deshecho cuando ella llegó a su vida, pero que esa noche volvió a desolarlo. Tal vez comenzaba a desarrollar un maltrecho sentimiento de dependencia que seguramente no debería tener, y incluso aun mas con la azabache quien era un alma totalmente solitaria e independiente, totalmente incompatible con este tipo de sentimientos, por no decir t0d0s, pero que le era imposible no forjar ante tal estrecho vinculo que parecían tener de "confianza" y entendimiento mutuo.
Ademas de que Meliodas tenia el defecto, si así quieres llamarlo, de necesitar aquel sentimiento de saber que tiene alguien que lo pueda recoger si algún día vuelve a caer, o si algún día vuelve a. . . bueno, sobrepasar la raya de la poca cordura que le quedaba. El rubio tenia la corazonada de que tal vez Némesis, aunque seguramente nunca fuera capaz de demostrarlo o decirlo con sus propias palabras, también podía llegar a sentirse así y por eso de su extraño y cambiante malhumor a veces, por que no quería necesitar algo así, pero que le era imposible de desechar.

Despechando sus pensamientos con la almohada, Meliodas durmió esa noche con uno de sus brazos extendidos, acostumbrado a sentir, tal vez no la cercanía total del cuerpo de esa azabache con el suyo, por que nunca habían dormido en total cercanía ante la fobia de esta misma, pero si a los roces de sus piernas, a sentir mechones de su cabello en sus dedos o incluso el simple sentimiento de dormir con alguien después de tanto tiempo.
Así que esta noche, durmió bien, pero con el sentimiento de algo faltante rebotando en su pecho.