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El Pecado de la Pereza 
らび応殴陰


– ¡No entiendo por qué te llaman "acompañante" Capitana!– Eso llamo la atención de la nombrada, girando su rostro de las vistas en movimiento por la mamá de Hawk, observando a la gigante con un puchero en su bonito rostro mientras caminaba.– ¡Eres nuestra Capitana junto Meliodas, no deberían llamarte acompañante!–

Némesis la miro unos segundos en silencio, dejando que el cálido viento jugara con su cabello. Eso era algo que sabía que en algún momento le preguntarían, ya estaban tardando para su consideración. Sus manos se removieron en su cruzada piernas, abrazándose a si misma con sus vendados brazos, pensando que debería cambiarselos esa noche.

– Pero eso es lo que soy, Diane.– Contesto con su apagada y suave voz. Pestañeo suavemente, arrullada por el viento.– No soy ni un Pecado, pero tampoco alguien buena. Solo soy una acompañante, estoy y a veces no, no cambiaria nada si yo no estuviera.–

Diane hizo un berrinche, haciendo que el suelo temblara bajo sus pies.– ¿¡Como que no!? ¡Sin ti nada seria lo mismo Capitana!– Ésis solo la observo completamente silenciosa durante algunos segundos, luego, cerró los ojos, suspiró, y se levantó pesadamente mientras la gigante seguía hablando.– ¿A-A donde vas?– Volvió a hablar, siguiendo con su berrinche.

Pero solo soltó un suspiro cuando recibió un encogimiento de hombros por parte de la azabache.

Entro en la taberna, siendo recibida por el sonido de una pequeña campanita encima de la puerta. Soltó un silencioso suspiro, colocando uno de sus rebeldes mechones rizados detrás de su oreja derecha mirando al suelo.

– ¿Todo bien Ésis?– La voz de Meliodas la pilló levemente desprevenida, levantó la cabeza hasta que encontró al rubio sentado en una mesa cercana a una ventana, tenía una sonrisa tranquila en su rostro y una cerveza en su mano. Conectaron miradas y la azabache se sintió extrañamente confortada por esa sonrisa.– Escuche bastante ruido afuera. ¿Pasó algo?–

Ella solamente negó con la cabeza, dando algunos pasos hasta sentarse justo delante del rubio en otra silla. Apoyo su cabeza en la mesa de madera, esparciendo sus cabellos por toda esta. Meliodas soltó una bonita risa, y, después de unos segundos de silencio, Némesis sintió la mano de su compañero acariciar con suavidad su cabello, haciendo que los cabellos de su nuca se erizaran. Soltó una profunda respiración, sintiéndose tranquila.

– No dormiste muy bien hoy, deberías ir a descansar un poco, queda tiempo antes de llegar a nuestro próximo destino.– Comentó con una tranquila voz que relajo por completo a la azabache. Los dedos del rubio acariciaban con cariño las negras ebras de ella. Ella supuso que estaba diciendo eso por las recurrentes pesadillas que la atacaron esa noche, aunque las solía sufrir todos los días, las de esa noche realmente habían sido fuertes y dolorosas para ella.– Te despertaré cuando lleguemos, no te preocupes y ve a descansar.–

Pero la azabache negó con la cabeza, alzándola para acariciarse la frente con sus dedos, su rostro mostraba cansancio y malestar.– Tengo cosas que hacer.– Fue lo único que susurró con su suave voz que a Meliodas le encantaba, antes de levantarse y comenzar a caminar hacia la parte trasera de la cocina.

Allí había una pequeña trampilla que daba al almacén de la Taberna, pero también, al pequeño "despacho" que Merlín había montado, donde también Némesis iba a escribir y donde algunas de sus, pocas, cosas privadas se encontraban.

– ¿Estas segura? Me gustaría que descansaras primero...– Comentó el rubio con algo de preocupación. Se levantó de la silla, llevando la vacía botella a la papelera. Ésis se quedó quieta, mirándolo sobre su hombro, dándole una suave mirada que tranquilizó levemente al rubio.

◖ 𝘚𝘐𝘕𝘕𝘌𝘙 ◗ - 𝙉𝙖𝙣𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙏𝙖𝙞𝙯𝙖𝙞 -Where stories live. Discover now