◖59◗

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59 —
Hogar, 
frío hogar. 
ソや依

" Y me sabe tan bueno,
ver doblegarse al poder,
me sabe tan bueno."

Y nadie supo como reaccionar.

Meliodas frunció el ceño sin entender, aunque no era el único, todos esperaban algún tipo de reacción en el hombre que se había quedado congelado tan pronto la azabache había soltado esas palabras en su lenguaje natal, impidiendo que los demás pudieran entenderla. Pero él estaba ahí, quieto como una estatua, mirando fijamente a Némesis con sus ojos casi fuera de sus órbitas y su boca levemente abierta. El rubio pasó su verdosa y confundida mirada entre la azabache y el otro azabache, intentando encontrar alguna seña de peligro en el cuerpo de ella, pero no, no había nada. Estaba extrañamente tranquila, sus hombros se habían relajado y había un brillo en su azulada mirada que confundió aún más al Dragón.

Estaba sorprendido, y como para no estarlo, primero ese gran cachorro y luego ese hombre que parecía que conocía a la azabache, y muy bien, por como acababa de reaccionar.

Pero la sorpresa aumentó para todos los presentes, cuando el alto hombre dio unos grandes y rápidos pasos, pasando por encima del sentado cachorro que movía su cola alegremente, hasta que llegó delante de ella. Por la diferencia de altura, Némesis tuvo que levantar su cabeza levemente y ante ese movimiento sus cabellos cayeron hacia atrás, dejando al descubierto su rostro. La respiración del hombre pareció ser algo más rápida cuando miro más de cerca su rostro, incluso, sus aguamarinas ojos comenzaron a aguarse y sus manos, que parecían querer tocar el rostro de ella pero no se movían, temblaban con delicadeza.

–...syster...?–

La voz de él era suave pero grave, en sus palabras se notó una pequeña rotura, como si se fuera a echar a llorar en cualquier momento. Su voz llegó a los oídos de los Pecados, quien en silencio y atentos a cualquier movimiento que ambos hacían intentaban saber qué demonios estaba sucediendo delante suya.

Ella asintió con suavidad, sin dejar de mirarlo. En sus azulados ojos como el cielo había un pequeño brillo de calma, de tranquilidad, de desasosiego.

Y en un rápido movimiento, también algo bruto, él la rodeó en sus brazos, escondiendo su rostro en el cuello de su contraria.

Se quedaría corto el decir que a los Pecados casi se les salen los ojos de sus cuencas ante ese afectivo movimiento que, además, la azabache parecía permitir.

– ¿Que mierda está pasando?– Y como no, Ban fue el primero en preguntar sin cuidado. Estaba sorprendido, realmente sorprendido.

Nadie le respondió ya que estaban demasiado atontados por el siempre hecho de que ella se estuviera dejando abrazar sin que el contrario recibiera un golpe mortal o insultos. El joven rodeó su cuerpo con sus fornidos brazos, casi tapando por completo a la azabache por la altura que él poseía, la apretaba contra el, como si estuviera buscando que ella realmente estaba ahí.

Némesis soltó un pequeño suspiro, sin mover sus manos a cada lado de sus caderas ni correspondiendo el afectivo abrazo, pero tampoco hacía nada para alejarlo ni que dejara de tocarla. En cambio, estaba completamente tranquila, sus hombros estaban caídos por la relajación y su rostro adornado de su típica mueca seria de siempre.

◖ 𝘚𝘐𝘕𝘕𝘌𝘙 ◗ - 𝙉𝙖𝙣𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙏𝙖𝙞𝙯𝙖𝙞 -Where stories live. Discover now