◖ 𝘚𝘐𝘕𝘕𝘌𝘙 ◗ - 𝙉𝙖𝙣𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙏𝙖𝙞𝙯𝙖𝙞 -

◖35◗

35 —
Ｍａｄｒｅ　ｅ　ｈｉｊａ．　
ニ卸ギ

[ Traducciones por medio del capítulo]

Al girarse, todos quedaron totalmente sorprendidos. Meliodas abrió los ojos y alzo el ceño totalmente sorprendido.

Frente a ellos, una mujer que aparentaba unos 30 años se encontraba, poseía un corto y oscuro cabello, no era negro pero sí bastante oscuro, por encima de sus hombros y rizado. Sus ojos brillaban con un claro tono azulado exactamente igual al de Némesis, hasta poseía el mismo lunar debajo del labio de la azabache. Era de complexión delgada y vestía unos oscuros pantalones y una camisa blanca larga, pero, lo que más sorprendió a ambos, fue el echo de que su rostro era realmente parecido al de la ojiazul, solamente se diferenciaban en la nariz y en el espesor de sus cejas.

El resto, era como ver a una Némesis algo más mayor con el pelo corto.

La mujer entrecerró levemente sus ojos, una cansada sonrisa apareció en sus ojos. En sus ojos, un brillo de alegría pura brillo.– Din... du är, du är min lilla en-

"tu... lo eres, eres mi pequeña–"

– Håll käft.–

"Cállate."

Una extraña corriente atravesó a todos los presentes al escuchar ese extraño idioma ser pronunciado por la azabache de una forma tan... pausada, tétrica hasta oscura.

La mujer pareció sorprenderse, colocó una de sus manos en su boca, abriendo levemente sus azulados ojos en modo de sorpresa.

Meliodas pasó su mirada de la mujer a Némesis, varias veces hasta que en su cerebro, algo conectó.–...Es su madre... Es la madre de Némesis.–

Después de pronunciar eso, escucho un jadeo ahogado tanto de la gigante como de la princesa...

¿La madre de Némesis estaba... muerta?

Ellas mismas pudieron escuchar eso, y en respuesta, Ésis, aún sin separar su mirada de la mujer a unos pasos delante suya, apretó los puños tan fuerte que sus uñas se clavaron en sus palmas, apretó la mandíbula y su labio tembló de rabia.

–... Ella no es mi madre...– Murmuro con voz apagada, la rabia inundaba su sistema, todos pudieron notarlo.

La mujer frunció el ceño preocupada, en sus ojos había un apéndice de algo que Meliodas pudo reconocer como sorpresa pura.

– Det är klart att jag är... Jag är din lilla mamma, hur kan du säga de där sakerna?–

"Por supuesto que lo soy...
Soy tu madre pequeña,
¿cómo puedes decir esas cosas?"

– ¡Jag sa håll käften!–

"¡He dicho que te calles!"

Y ante ese grito, todos se quedaron completamente estáticos.

Némesis había gritado.

Su tranquila y silenciosa Némesis, había gritado.

Bajo la cabeza, su cabello hizo una cortina alrededor de ella, pero el chasquido que hicieron sus dientes al chocar con fuerza resonó entre los cristales.