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37 —
Hermanos de Pecado. 
ン援咽

Apareciste de nuevo esta noche.

Ojos tristes, feroces, heridos...

Ojalá encuentres la paz que buscas.

– ¡Baaaaaaaaaaaan! ¡Kiiiiiing! ¡Señor Baaaaaan! ¡Ésiiiiiiiiiiis! ¡Capitanaaaaaaaaa! ¡TONTOS!–

Silencio, solo se escuchó el eco de sus voces entre los cristales.

– Caray, ¿¡A donde irían esos 3!?–

Haciendo temblar el suelo de cristal, Diane hizo un berrinche, apretando sus puños para después cruzarse de brazos. Meliodas soltó un suspiro.

Con sus manos en los bolsillos de sus pantalones, sus dedos jugaban con la extraña llave que recogió... después de todo, le pertenecía a su poco amigable compañera y debía entregársela. Perdido en sus pensamientos, su mano acarició por inercia su mejilla. Su ceño se frunció.

Debía encontrar a la azabache antes de que hiciera cualquier tontería.

Y pronto.

Su mente viajó hacia atrás, analizando la sensación que le dejó al azabache cuando pasó a su lado. Mala, demasiado mala. Era como volver a las primeras semanas con ella... parecía totalmente muerta, inundada de rabia y mucho, mucho mal genio.

Aunque, por una parte, la entendía.

Su madre se había suicidado, y, seguramente, delante de ella.

No era algo muy bueno de ver para una niña como ella en esos tiempos.

No quería pensar siquiera, en todo el dolor y trauma que pudo ocasionarle eso a la azabache, el simple echo de ver las marcas en el cuello de Lilith, lo dejo, a él, totalmente frío, así que no podía imaginarse como pudo quedarse la ojiazul después de todo.

Y a pesar de la pocas clases que tuvo con Ésis intentando entender, lo más básico, de la lengua natal de ella, solo pudo entender palabras sueltas de la discusión entre ella y su madre. Y tampoco es que hubiera entendido mucho.

– Señor Meliodas.... ¿Señor Meliodas?–

Solo cuando sintió las pequeñas y pálidas manos de Elizabeth en sus hombros, volvió al mundo real. Parpadeando varias veces, giró levemente su cabeza para mirar a la albina por encima de su hombro.

– Dime Eli.– Con suavidad en su voz, le dedicó una pequeña sonrisa que no mostraba para nada como se estaba sintiendo.

Ansioso, preocupado, nervioso.

Necesitaba que Némesis estuviera a su lado.

Ya.

– ¿Me preguntaba por que el Señor King está tras el Señor Ban...?–

Ante eso, Meliodas soltó un suspiro, rascándose la nuca con una sonrisa extraña en su rostro.

– Realmente me estaba preguntando eso también.–

◖ 𝘚𝘐𝘕𝘕𝘌𝘙 ◗ - 𝙉𝙖𝙣𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙏𝙖𝙞𝙯𝙖𝙞 -Where stories live. Discover now