◖49◗

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49 —
Aproximándose a un 
fatal encuentro. 
鋭芋哀浦ベ

"Morir matando no es vivir muriendo ¿No?
Estoy harta de explicarlo.
Mil espinas clavadas en mi pecho y seguirán estándolo.
Son malos tiempos para andar soñando."

– ¿Hm?– Alzando por encima de su cabeza a la pequeña Elizabeth en su mano, el rubio observó con extrañeza los movimientos del violetaceo collar con forma de prisma balancearse fuera de su palma. Le parecía reconocido, pero no sabía de donde. Con cuidado, dejo que la azabache también lo mirara.
Esta frunció el ceño, mirándolo extrañamente seria. ¿Que cojones hacia eso ahí?

– De donde lo sacaste.– Preguntando eso, aunque más bien sonó como una orden para que se lo dijera, al azabache acaricio con las yemas de sus dedos el cristal, clavando sus azulados ojos en los de su pequeña contraria.

Elizabeth ladeó un poco la cabeza, agarrando el pequeño trozo de tela que la cubría con ambas manos– Verónica me lo dio ayer– Constesto suavemente– Ella me dijo que me protegería del mal...– Dejando eso en el aire, a Ésis no le dio tiempo para contestar antes de que el Referí alzara bruscamente la voz, llamando la atención de todos los presentes.

– ¡LA PRIMERA PELEA DE LA SEMIFINAL COMIENZA! ¡¡HOWZER CONTRA MATRONAAAAA!!–

Desconectando por completo su cabeza de la batalla, ni siquiera escuchó el barullo de su alrededor ni los gritos llamándola, su analítica y genuina mente solo estaba concentrada en encontrar la forma de cómo esa maldita gema acabó aquí, y además, en las manos de la albina princesa. Frunciendo el ceño, apretado la mandíbula y consiguiendo que sus hombros se tensaran algo más de lo que le gustaría, su mente intentaba encontrar formas posibles de que eso viajara de allí hasta aquí...

Y que él no estuviera por medio.

Era imposible.

Una ola de fuertísimo aire hizo que por fin prestara algo más de atención en el cuadrilátero, observando con sus analíticos y desarrollados ojos, como la castaña había parado por completo y con una sola mano, un potente ataque dirigido hacia ella, pero, a cambio, su ropa acabó hecha trizas, algo que no le hizo mucha gracia a la pequeña Diane.

– ¿Señorita Némesis?– Al sentirse nombrada, esta misma giró su cabeza hacia un lado, encontrándose con las extrañadas miradas de Meliodas y Elizabeth en ella. La más pequeña, apoyada en uno de los dedos de Meliodas, la miraba con una extraña preocupación y una pequeña sonrisa simpática en su rostro.– ¿Está todo bien?–

Pero la azabache frunció aún más el ceño, cabreada. Estaba segura que si ella le volvía a lanzar esa puta mirada de compasión le iba a arrancar los ojos.

Pero tampoco os confundáis, Némesis no odiaba a Elizabeth, ni mucho menos, ella estaba en un punto totalmente neutro para la azabache, pero, la pequeña princesa albina era exactamente lo contrario que ella por lo que le provocaba un inmediato rechazo en cualquier cosa que dijera o hiciera.

Ella no creía en príncipes, ni necesitaba alguien que la rescatara, ni tuvo todo con una cuchara de plata al contrario de la albina.

Sencillamente asintió, sin tener la necesidad de malgastar saliva para contestar a Elizabeth.

Pero, lo que ni ella misma sé espero, fue la intensa opresión que se presentó en su pecho de repente, dificultándole respirar. Rápidamente y alertando al rubio, una de sus manos se enroscó en la muñeca de este mismo, colocando otra en su garganta. Respiraba entrecortadamente y con dificultad, pero aún así, ella no mostró signo de debilidad ninguna, continuando con su pose recta y alerta.

◖ 𝘚𝘐𝘕𝘕𝘌𝘙 ◗ - 𝙉𝙖𝙣𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙏𝙖𝙞𝙯𝙖𝙞 -Where stories live. Discover now