◖ 𝘚𝘐𝘕𝘕𝘌𝘙 ◗ - 𝙉𝙖𝙣𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙏𝙖𝙞𝙯𝙖𝙞 -

◖72◗

７２　—
Ｌｅｙｅｎｄａｓ　Ｃａｚａｄａｓ　
Ｐａｒｔｅ　１　
れ移ウ恩の

" Cada noche se siente como dos semanas
Pensando en cómo pude haber hecho esto o aquello mejor
No puedo evitarlo, soy solo yo.
Mentiras
Ese soy yo evitando el cambio
Sí, es probablemente por eso que los problemas no desaparecen
Sí, probablemente por eso siempre me siento y me quejo
Diciéndome a mí mismo que nunca saldré de este lugar."

— Liz era originalmente un Caballero de un Reino enemigo, Danaford. Una noche ella intentó un ataque emboscada pero falló y fue sentenciada a morir. . . Pero la persona que la salvó no fue otro más que Meliodas, el Líder de los Caballeros Sagrados de Danaford. Y, obviamente, los demás se opusieron fuertemente a su atrevimiento, pero. . .—

— Entonces supongo que todos vosotros sois mis enemigos.—

Liz apretó los dientes, su ceño se frunció.

— ¡TÚ, ESTÚPIDO SIMPLÓN!—

— Pasado un tiempo, Liz comenzó a vivir con Meliodas, al estar bajo su cargo y no tener donde quedarse. Por lo que se, siempre que pasabas al lado de su casa se escuchaban gritos, risas y como uno corría para escapar del otro.—

— ¡Apuesto que estas tras mi cuerpo! ¡Si te acercas a mi, te matare!—

— Venga, no te pongas tan nerviosa. Vamos a comer.—

Y, tan descarado como siempre fue, agarró sus pechos, con una sonrisita tonta en los labios.
Pero tan pronto como acabó la frase, esquivó un rápido puñetazo por parte de Liz.

— Originalmente, Liz fue vendida al Reino enemigo como una esclava. . . Ella nunca confió en nadie. Quizás podrías llamarlo un encuentro predestinado.— Parpadeó despacio, recordando las imágenes de esa bella mujer.— Incluso si ella siempre vivía enfrentándose a ese simplón, gradualmente comenzó a sentirse atraída por él. Bueno, para comenzar, Liz tenía un aura encantadora a su alrededor. . . Y nosotros también comenzamos a relacionarnos con ella. . . Esas fueron algunas escenas de aquel pasado.—

Caín apartó la mirada de la jarra de cerveza para llevarla por uno segundos a la albina princesa a su lado, parecía algo metida en sus pensamientos, con una mirada algo perdida. Soltó un pequeño suspiro, que entre él sonó un suave ''¿Un estupido simplon?. . .El señor Meliodas es. . .''

El más adulto soltó una pequeña risa al escuchar eso, Elizabeth apartó su rostro, con la punta de sus orejas rojas.

— ¿Sabes por qué Meliodas nunca empuñó una espada real?— La princesa negó suavemente con la cabeza, su rostro aún enrojecido.— Él es muy fuerte. Nadie que haya luchado seriamente con él ha salido ileso. . . Él entiende eso, y es por eso que no quiere usar una espada real.— Un pequeño instante de silencio, las cejas de Caín se rebajaron un poco.— Si, y encima de eso. . .— Metió su mano dentro de su capa, junto su cadera.— Él es muy amable por su propio bienestar.—

Y sacando de la capa su mano, con ella venía lo que parecía ser una espada corta, de vaina oscura decorada con detalles en oro y un mango rojo borbónico. El rostro de Caín estaba contraído con una mezcla de tristeza y nostalgia. Elizabeth miró curiosa el hermoso objeto.

— Esta espada fue un regalo de Liz para Meliodas. Pero él no la aceptó. . .—

— Yo no necesito una espada.
No quiero matar a nadie.—