Especial II: Plenilunio (4)

62 8 0
                                    

Víctor sentía que se iba ahogar en ese mar de emociones y sentimientos que no sabía de donde venían, porque su propio sentir era ya insoportable como para poder soportar esa gran ola de estimulación. Sin querer quebrarse y mandar todos los esfuerzos de su familia al diablo casi corrió de regreso escaleras a bajo, sus manos temblaran como si los latidos de su corazón se mezclaran con los de ellas. Al final de las escaleras se encontraba Mila, recargada en la pared con una cara seria.

¿Has terminado todo?— Dijo con un ruso tibio.

—Mm— No quería hablar de ello en absoluto. Víctor miró las escaleras que dejó atrás pero antes de doblar un pasillo escuchó los pasos corriendo, eran los amigos de Yuuri quienes parecían muy preocupados y corrieron a la azotea.

Hora de dejarlo Víctor— Mila miró que hacía y dio un suspiro.

Regresó al aula pero aun no pudo calmarse, conforme pasaba el tiempo se empezó a sentir cada vez más enfermo hasta que ya no pudo y antes de que el profesor pudiera mandarlo a enfermería vómito tres veces, casi desmayándose en el acto.

La clase se volvió caótica en segundos.

Víctor fue llevado a la enfermería mientras se esperaba a su familiar viniera a recogerlo al instituto. Mila se quedó atrás en ese momento ya que iba en ultimo año no le era posible salir de clase en ese momento, un momento más tarde fue recogido por su padre muy preocupado, agradeció a los maestros y sin decir nada durante el viaje él volvió a casa, cuando llegaron lo llevó a su habitación para que se aseara y descansara un rato en lo que llegaba su madre.

—¿Qué pasó Vitya?— Preguntó Sergei a su hijo que estaba tan pálido como la nieve.

—¿Mila no te dijo que paso?— Su voz ronca por el vómito resonó débil.

—Vitya ¿En verdad es tan difícil hacerlo?— Sergei preguntó a cambio. No recibió una respuesta en un largo rato, luego se escucharon pasos subiendo por las escaleras y la puerta entreabierta se abrió de prisa y una mujer alta, delgada y hermosa entro.

—¿Cómo te encuentras Vitya?— Dasha pregunto suavemente.

—Mm— Fue todo lo que dijo para luego darle la espalda a los dos adultos — Quiero descansar, por favor... —Su voz sonaba cansada. Apagada.

Ambos padres salieron del cuarto, ya estando en la sala Sergei miró pensativo el suelo mientras Dasha dejaba salir un suspiro muy conflictivo. ¿De verdad estaba haciendo las cosas bien? Ella piensa que el amor entre dos razas distintas no era posible, le era conocido de segunda mano, su tía, una loba pura se enamoró de un humano hace ya casi ciento cincuenta años, tras la negativa de todos ella aun optó por vivir día a día con su compañero que eligió ¿Qué pasó al final? Obviamente murió antes que ella, ni siguiera pasaron 60 años juntos antes de que la muerte lo reclamara y no solo eso, los problemas de 'edad' desigual, ella, joven hermosas, piel lisa y cabello rubio pero él, cuerpo encorvado, piel arrugada, cabello blanco y sin mucha vitalidad. Hubo muchos rumores y situaciones donde no podían ser ellos mismos, tuvieron dos hijos pero uno nació con la condición mixta y otro fue humano solo un poco mejor que el promedio; ambos tenían la apariencia de alguien de 40 en solo 70 años, su tía se veía mejor conservada que sus dos primos.

Un clic en la puerta la alejo de su tren de pensamientos.

—¿Cómo está Vitya madre?— Damien habló preocupado, hace unas tres horas le llegó un mensaje de parte de su padre y desde entonces ha estado preocupado.

—Esta descansando— Sergei le contestó.

—Damien ¿Alguna vez has conocido a ese chico, Yuuri?— Dasha preguntó, un sentimiento de arrepentimiento empezó a fermentar en su corazón.

Una Noche, Para Toda La VidaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang