53- Padre. ¡Volver!

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Maratón 3/7

Dentro de la sala. Un grupo de personas estaba sentada en un silencio tenebroso y se sentía el ambiente tenso que podía rebanarse con un cuchillo, todos los guardias estaban en su máximo sentido y casi no se podían ver sirvientes en el interior, sólo aquellas que servían el té.

—Debo decir que su mansión es muy buena, si le molesto mucho podría recomendarme al jardinero que decoró los jardines. Muy bueno— El mayor de lentes grises comentó mientras tomaba un poco de té.

—Siento no poder hacerlo, los jardines son hechos por la señora de la casa— Víctor por otro lado muy cómodo en su sillón tomó un poco de café negro.

El mayor frunció los labios de manera ligera y dejó la taza de té. Pero no tomó mucho tiempo hasta que un par de pasos ligeros se escucharon en la entrada a la sala y una criada abrió las bonitas puertas de cristal dejando paso a una mujer alta, cabello corto negruzco y un traje del mismo color con muy buen corte, un par de zapatillas cortas con un semblante modesto pero no altivo, linda cara y labios rosados con una piel blanca. Una rusa con unos buenos atributos. Pero eso no llamó la atención de las partes invitadas por mucho tiempo, sino por la persona que estaba detrás de esta cual no estaba total mente cubierta ya que era más alta que la fémina. Un chico con piel blanca, rasgos un poco rellenos y lentes azules, envuelto en tela de algodón en tonos cremosos de azules y amarillos pero lo que llamó al instante su visión fue el holgado vestuario y su vientre abultado.

—Señor Nikiforov mis disculpas por los retrasos pero el joven maestro estaba en los jardines— Belén, la bonita joven explicó al dueño cortes mente.

—Mmh...— Víctor contestó y dejó la taza a un lado para levantarse e ir al joven japones que estaba curioso con su mirada mirando al ruso sin regalarle una mirada  a la parte invitada — Ven— llamó delicadamente al chico.

—Mm, ¿Pasa algo Vitya?— Al decir dicho cariño susurrando sus mejillas se tornaron de forma rosada dando un bonito color. El ruso llegó a su lado en ese momento.

—Estas personas quieren conocerte, Yuuri, estoy contigo— Lo llevó a su lado y lo ayudó a sentarse.

Entonces Yuuri miró a las personas que estaban sentadas al frente de ellos, se sorprendió cuando vio que eran de rasgos asiáticos, japoneses. ¿Japoneses aquí? No entendió por un momento cuando algo en su mente le recordó las palabras de su madre, una sacudida le llegó al corazón que empezó a latir de manera descontrolada. ¿Acaso son...? Una cálida mano le apretó la suya, era Víctor y sus palabras surgieron nuevamente. Él estaba con él, no estaba solo.

—¿Eres Yuuri Katsuki?— Un hombre de unos 30 años que estaba parado al lado del hombre mayor le preguntó.

—Si ¿Quienes son?— Yuuri con su sangre recorriendo a velocidades máximas por sus venas espero la respuesta.

—Somos del Clan Dakudoragon, un histórico Clan japones que actualmente es el mas respetable Clan Yakuza — El hombres se acomodó los lentes.

—Um.. ¿Bienvenidos? Lo siento no se que tratan... de decir— Yuuri en verdad quería negar este día.

—Yuuri Katsuki, él es Li Huang Xi, nombre de soltero; y Saito Katsuki cuando se casó con tu madre, tu padre biológico.—El hombre presentó al hombre de unos 40 años que estaba sentado en el sillón a un lado de él.

—No, mi padre es Toshiya un hombre que me vio crecer y me cuido cuando más lo necesitaba— Yuuri juntó las cejas enojado mientras una de sus manos apretaba la de Víctor.

—Yuuri, esa es la verdad, soy tu padre. Si no fuera por tu terca madre el haberte llevado lejos de donde naciste no tendría que estar buscándote por más de diez años ahora, te digo. Volvemos a Japón y arreglaremos ese problema— Saito Katsuki miró con desprecio su estómago al decir lo último.

Un ira se extendió en su pecho, recorriendo sus extremidades mientras sus ojos se sentían arder por recordar las palabras que dijo su madre aquella noche en el hotel; su padre biológico no los veía como hijos, sobre todo a él. Él lo veía como un objeto que iba a ser intercambiado por beneficios para él después de su matrimonio con ese extraño que ni sabía su nombre hasta ahora.

—¡Sólo atrévete!— Gritó y se paró del sillón de manera agresiva pero Víctor lo detuvo sorprendido.

Víctor nunca había visto tanto odio en los ojos de su compañero ni siquiera cuando lo trataba como un prisionero, ese odio venía desde lo más profundo de su corazón e iba sólo para ese hombre que se hacía llamar su padre. Los invitados se sorprendieron por tal acción no por el grito sino porque el joven japones al hacer eso extendió un aura sedienta de sangre; un sed de sangre con promesas de muerte. Una cual solo aquellos con sangre espesa podían desprender...

Tal como un jefe de la mafia. Un líder.

Pero Víctor vio como el rostro de Yuuri se volvía pálido poco después y luego una mueca de dolor torció su bonito rostro, una de sus manos fue rápido a su vientre entonces entendió. Pronto todo se volvió en una presión oscura y peligrosa.

—¡Belén, llama a Mark! ¡Urgente!— Víctor actuó rápido y Belén sorprendida sacó su celular y marcó deprisa.

Yuuri tenía dolores.

[***]

Esos corajes :c

Una Noche, Para Toda La VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora