49- Sueño de Papá

210 27 3
                                    

Víctor.

Después de un par de horas en compañía con la señora Baranovskaya  donde pasamos a comer en un pequeño restaurante y se relataron un par de hechos en el antiguo trabajo de Yuuri nos despedimos de ella, pasamos otro poco de tiempo en el parque hasta que dieron las dos de la tarde, ya cansados nos dirigimos al coche que estaba cerca de nosotros. Una vibración en el bolsillo de mi saco nos detuvo un momento.

—Es Mark... Ve, contestaré— Le sugerí, descolgué.

—Bien, no tardes que el clima ha cambiado — Yuuri miró al cielo, solo en pocas horas todo se volvió gris tal vez llovería.

—Bien— Pegué el celular a mi oído y una voz seria contestó.

"—Víctor, alguien a entrado al sistema, tiene el archivo de Yuuri—" Esa frase conmosionó mi corazón. ¡¿Cómo demonios era posible?!

"—¿Qué pasó Mark? Ese archivo no puede ser abierto por nadie más que por nosotros —" Una ira comenzó a carcomer mi corazón.

"—Lo sé, sólo puedo saber que lo robaron ya que hoy lo estaba cerrando y revisando cuando vi... bueno eso ya no importa, el archivo en si tiene una clave que le e impuesto y dará una señal que dirá donde será abierto y un código que tiene que ser ingresado a los 10 segundos o se destruirá el dispositivo que lo abrió—" Trato de explicar mientras se escuchaba bocinas al fondo, parece que estaba en la carretera "—Voy para la mansión—"

"—Debe ser Chernaya Roza.... pero, no se como dieron con Yuuri y su registro medico—" Pasé mi mano por el cabello y una gota tocó mi mejilla, miré al cielo, estaba por romper el cielo.

"—Y Víctor, ya dieron los resultados de 'ese' análisis, los llevo conmigo—" Un silencio se extendió en ambos, las gotas comenzaron a llenar rápidamente el entorno.

"—Te quiero en 20 en la mansión, te estaré esperando—" Caminé de prisa al coche y entre, colgué.

—Víctor toma, te has mojado— Yuuri me extendió una pequeña toalla blanca mientras pasaba un pañuelo suave por mi rostro.

—A la mansión, inmediato— Dije a Minami, este asintió y arrancó de prisa.

—Víctor, sabes... mi madre siempre decía que en días de lluvia el cielo estaba cantando por eso dice 'El cielo esta cantando, las gotas son la melodía silenciosa del cielo' ¿Tu que crees?— Una linda sonrisa se desprendía de sus ladio mientras secaba mi rostro.

Sus mejillas estaban rosadas, sus ojos tímidos detrás de sus lentes azules. Abrigado se veía adorable, su piel pálida y mano suaves, pequeñas, pefrectas.

—Yuuri

—¿Si?— Dejó de secarme y me puso atención, teniendo sólo para mi esos ojos.

—Te quiero

Un ligero hipo salió de la boca de Yuuri después. Este se sonrojo completamente y sus ojos brillaron sin poder ponerlos en un punto fijo por más de dos segundos seguidos. Y creo a mi parecer, no fue el momento perfecto pero es realmente lo que sentí en este instante. 

Un ligero rubor rosado, un tanto avergonzado pero queriendo tener ese temple serio confeso aquel día.

***

Todo estaba borroso, pero la luz blanca brillaba hasta que poco a poco todo tomó forma. Lo primero que me di cuanta era de que no estaba en mi habitación y luego, esta no era mi casa pero algo me hizo sacudir mi corazón.

—¿Ropa... pequeña?

Yo había estado recostado en un sillón con un cuento infantil lleno de dibujos de animales y una manta azul con cabezas de osos cafés a un lado. Pronto un ligero pero claro sonido llego a mi, así que camine por el pasillo, había retratos de Yuuri y yo, de un zoológico, donde había tres personas, pero no logré distinguirlo bien por que una risa, su risa me guiaron hasta la salida. La puerta era de madera y había otra de maya verde donde se podía ver un mar extenso, una playa. 

Una Noche, Para Toda La VidaWhere stories live. Discover now