33- 👬 Una Plática Pendiente...

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Cuando llegamos a su habitación me dejó suavemente en la cama, fue y abrió las cortinas pues el lugar estaba oscuro, ahí pude ver algunas de mis cosas, abrió el armario y vi mi ropa colgada justa al lado de la de él, di una respiración profunda y su aroma entro a mis pulmones que causó que me relajara.

—¿Tienes hambre? Le puedo decir a Belén que te traiga algún aperitivo o la comida — se quitó su saco y la camisa.

Las cicatrices en su espalda fueron visibles pero eso no dejaba quitaban el hermoso cuerpo que tenía. Él voltea a verme y lo mire a los ojos; me miró igual y sonrió ladino.

—Si me miras así pensaré que me quieres comer, Yuuri — sonrió.

Camino hacia la cama y posó sus brazos a cada uno de mis costados; se inclinó un poco hasta que sus labios rozaron en una de mis orejas.

—Pero aún no, no sé si sea peligroso ¿Entendido cerdito? — y me besó la oreja.

Varios escalofríos pasaron por esa zona y me hicieron sonrojar.

—Va... Vamos a comer primero... — pedí, sé que después de comer y descansar un poco querrá la plática.

—Bien— se alejó y llamó afuera de la habitación para volver a entrar y terminar de cambiarse.

Me paso ropa y por pena me cambié en el baño, sé que es algo tonto, ya lo hemos hecho pero nunca de forma debida, cuando salí la comida estaba servida en la mesa de la pequeña sala interior, tomé asiento y Víctor me tendió un plato.

El tomó otro y empezamos a comer en silencio. No sabía cómo iniciar una conversación con él, mejor lo deje así y seguí comiendo. Repase lo que tenía que decirle a él dentro de poco...

—¿Estás satisfecho? — el hombre frente a mí me habló cuando había dejado mi plato de comida vacío sobre la mesa.

—Si, ha estado delicioso, gracias — me incline un poco y me quedé quieto. No sé qué hacer.

—Vamos a descansar a la cama — se levantó y yo hice lo mismo, él tomó un lado y yo el otro, me tapo con la manta cálida.

El se recostó en la cama por lo que yo lo hice igual, pasaron unos minutos y todo seguía en silencio. Varias cosas pasaron por mí cabeza, tanto positivas como negativas de lo que hablaría los en un rato, ¡Esto era tan frustrante!

No sabía cómo comenzar, pensar que un simple un 'te lo dire' me hubiera facilitado tanto las cosas...

—Tengo que irme por la noche, saldré a una cena — Víctor se sentó en la cama y me miró, sus cabellos estaban un poco desordenados y su torso desnudo.

—¿Por qué que me lo dices? — pregunté, me acurruque a un lado, la cama era muy suave y olía muy bien

—No voy a volver en la noche, vendré por la madrugada así que espero y duermas temprano, Belén estará contigo si lo quieres pero no quiero que me ocultes nada si algo está pasando o te sientes raro —arrugo un poco sus cejas.

—Víctor... sobre la plática — dije indeciso.

—Yo solo espero que empieces, pero no tardes que no tengo ya mucha paciencia — se acercó a mí inclinándose un poco y beso mi frente.

Deje que lo hiciera y frotó su nariz por mis mejillas para luego hacerlo con mi nariz, se sentía bien. Pase mi mano por mí vientre y sonreí. Esto era relajante.

—Te lo diré ahora... es mejor hacerlo ya ¿Está bien? — susurré.

— Soy todo oídos — se movió y quedó sentado para luego colocarse una ramera holgada.

Una Noche, Para Toda La VidaOnde histórias criam vida. Descubra agora