Noche Buena 🌹 y Una Dulce Navidad ❤️

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¿Como debería empezar?.... ¡Ya sé!

Esto ocurrió casi años después, un 24 y 25 de Diciembre.

Aparte de los planeados preparativos para ambas festividades, como la comida, regalos, adornos e invitaciones para que se hiciera la famosa cena navideña, también estaba un evento especial, el cumpleaños de... Mi Víctor, no más, sería un shock sólo relatarles sin detalle que es él para mí ahora.

Sería su cumpleaños número 39, pero no dejaba de ser hermoso.

La casa cerca de la playa en Hasetsu era adornada y la nieve estaba en su esplendor, era un milagro que no fuera todavía la primera nevada. Ya teníamos casi todo listo para el fin del día 24 y dar inicio para el 25 con ello el cumpleaños de mi Víctor. El pino de Navidad adornado un... Poco en exceso por copos de nueve, esferas, luces, cartas, adornos de santas, caramelos, moños, juguetes, listones y en su punta dando un hermoso resplandor estaba la estrella blanca, el tapiz café resaltaba las paredes de color crema y los adornos de Noche Buena así como los calcetines rojos colgados en la chimenea ardiente.

En el comedor, que de hecho era uno de los lugares más grandes de la casa. Velas, dulces y las vajillas lo decoraban y bajo eso un hermoso mantel plata blanquecino de copos de nieve. Un poco más de quince sillas de madera; pasando a la cocina Mila, Belén y Anne estaban terminando con la cena, ya eran pasada de las 9 de la noche, el bullicio de los chicos en la parte de arriba de la casa era agradable, parece que Víctor y Phichit estaban discutiendo sobre el color de la corbata del primero, se volvieron buenos amigos cuando me ocurrió aquello.

—¡Yuuri san! — Belén dejo lo que estaba haciendo y vino a mi, siempre tan alegre y dispuesta.

—Hola, sigan, yo estoy viendo que todo esté en orden para que no nos demoremos — sonreí y ella dio un resoplido divertida.

—Bien, pero ande con cuidado, cómo está no debe hacer mucho esfuerzo ¿Está bien? El señor Víctor daría el grito en el cielo — dijo divertida.

Cómo olvidar cuando me encontró acostado en el suelo, me había dormido haciendo yoga hace unas semanas y él pensó que me había ocurrido algo así que dió un grito algo... Peculiar y armó una escena que él solo sabe. Es un amor.

—No te preocupes, no haré que te moleste así — sonreímos ambos.

—Sera mejor que vaya a vestirse, no han de tardar en venir todos los demás — me tomó el hombro de forma cariñosa y regreso a la cocina.

Yo por mi parte me escabullí a la parte delantera de la casa para ver nuestros adornos, al estar cerca del mar hacía más frío por lo que me arrope un poco más. Inflables navideños, los árboles cercanos adornados con luces por todos lados, algunas personas pasaban tranquilas por la banqueta de enfrente y el sonido del mar, no muy lejos se podía escuchar. Era tan agradable en estas épocas.

—¡cariño! — una voz sorprendida hizo ver hacia la entrada del gran portón de vallas negras.

—¡Mamá! Por favor entren, estaba por hacer lo mismo — un poco nervioso apunte a la entrada de la casa.

—Oh no, ya sé que te estarías como una hora o dos en este frío ambiente, Mari cariño, lleva a tu hermano a dentro, sigue igual de irresponsable — divertida mi hermana me llevo a dentro.

—¡Ey cuñado! ¡Controla a tu mujer!— le grité a su ahora esposo.

—Lo siento, ella es muy dominante — ofreció una para nada sincera disculpa.

Una Noche, Para Toda La VidaWhere stories live. Discover now