57- El prometido Aparece.

173 23 0
                                    

Maratón 7/7

Había pasado una semana desde que había llegado a Rusia con la compañía de Saito Katsuki y no había salido para anda de la residencia que alquilaban en una de las zonas más ricas de la ciudad de San Petersburgo, días después de su llegada Saito Ssi fue a ver a su supuesto prometido cual vivía aquí. 

Seung había acabado de bañarse y era cerca de las ocho de la noche, la habitación era silenciosa y el odiaba esto.

Cuando tenía una década su padre lo comprometió con un chico del clan japones, no recuerda su rostro y mucho menos tiene idea de como se vía en estos momentos. Un sobre aun cerrado color manila tenía las respuestas pero la verdad, no quería saberlo. No sentía nada por dicha persona cual nunca había visto por más de una ocasión hace ya bastantes años.

Observó el día que supuesta mente terminaba y caminó al armario, sacó un jean oscuro, una playera blanca y una chamarra oscura con gorro junto a un boxer y sus calzado. En menos de cinco minutos estaba listo y tomó el celular, la billetera y su copia de las llaves de la puerta. Hoy saldría a despejar toda esta tontería de venir a Rusia por su famoso y misterioso prometido.

—¿A donde vamos joven?— Preguntó el hombre al volante cuando llegó a unas cuadras de la casa donde se quedaba.

—Llevame al Centro Comercial más cercano— Seung Gil Lee no pensó mucho sobre su destino, mucho fue escaparse de sus guardaespaldas con éxito.

—Bien joven— Y arrancó llevándolo por calles aun con gente, luces iluminaban las calles.

Los edificios se alzaban entre la noche con pocas luces encendidas, carteles comenzaron a llenar su visión entrando más y más al mundo del bullicio y coches pasaban e iban a un destino que nunca sabría, su vida era así. Ir y venir de un lado a otro sin ningún objetivo en particular.

—Llegamos joven son...—El hombre se estacionó no frente a la entrada del Centro Comercial que era el centro de la misma, todo era rodeado por luces y muchas personas aún estaban activas.

—Gracias—Después de pagar salió del taxi y se adentró a las masas.

Observando varias cosas, desde el gran edificio de color gris metálico hasta los restaurantes, cafeterías, bares y casas de juegos cercanos lo rodearon, tiendas de todo tipo desde la más económica no cerca del lugar hasta una de las más costosas cerca del edificio gris metálico.

Seung no sabía que hacer, hace tanto tiempo que no tenía tiempo para si mismo que ni sabía que quería así que se adentró al centro comercial, andando de piso en piso observando todo pero sin animarse a comprar algo siguió. Cuando tuvo un poco de hambre bajo un nivel para poder comer en uno de los restaurantes pero varios sonidos de animales despertaron más que su apetito, su curiosidad.

Cerca encontró una veterinaria donde había todo tipo de animales pequeños como lindos hamster hasta altos cachorros de diversos colores.

—¡Hola amigo!— Escuchó una voz al lado, era un chico de gran timbre que lo sorprendió. Cuando volteó a ver quien pudo haberlo confundido no encontró a nadie pero al mirar al suelo vio a un chico con un conjunto de negro, roso y gris acuclillado hablando con un hamster dentro de su cubo.—Que bueno que eses todavía, vas a ver, dentro de poco estarás en mis manos ¡seremos muy buenos amigos! lo juro— Alzó su mano en señal de juramente.

—¿Sabes que no te entienden?— Dijo Seung sin poder evitarlo.

—¿Oh? — El chico quien ahora tenía un rostro visible era de tez morena pero apuesto de origen algo llamativos. —No lo creo, si me esfuerzo el se acostumbrara y me entenderá ¡lo sé!— Sonrió con mucha confianza.

—Si tu lo dices...—Seung sonrió un poco, bueno, quien persevera alcanza.

—¡Lo digo en serio!— Se levantó de donde estaba y puso sus manos en las caderas alegremente se presentó— Soy Phichit, ¿Cómo te llamas tu?—

Seung dudo un poco pero al final no puedo no contestar— Seung es mi apellido—

—Un gusto, ¿Eres coreano?—Curioso preguntó mientras miraba a su pequeño amigo con pelos detrás del vidrio.

—Si

—Eres muy serio— Se quejó un poco y sacó su celular posándose de inmediato al lado de Seung — ¡Sonrie!— E hizo clic. —Listo, nuestra primera foto— Dijo eso mientras miraba la hora —¡Santos clic! ¡Se me hace tarde— guarda su celular y mira a Seung. — Lo siento, tengo que ir a trabajar me tengo que ir—

—¡Espera! La foto— Seung lo detuvo antes de que se fuera.

—¡Si quieres hablar de eso, camina! O yo seré el de la foto en mi despido— Tomó la mano del coreano y se lo llevó a su trabajo, en el bar no muy lejano.

Seung sintió la mano calida del extraño hombre impulsivo mientras lo jalaba por las calles a algun lugar que extrañamente no sospechaba.

[***]

Uno cortito pal final.

Una Noche, Para Toda La VidaWhere stories live. Discover now