58- Circo, Maroma y Teatro.

179 23 7
                                    

Se podía escuchar varios murmullos en toda la mansión Nikiforov, aunque eso no afectaba la efectividad de su trabajo la servidumbre tenía que estar alerta de que nadie y más cierta mujer los escuchara hablar de la gran noticia. Si, la gran noticia.

¡El Señor Nikiforov se va a casar!

Comenzaron a decir en sus tiempos de descanso en donde, cuando y como podría ser tal evento. Por que siendo sinceros no era improbable que este evento se hiciera aquí, en San Petersburgo, Rusia. Tal vez irían a un país extranjero donde solo firmarían su licencia junto a una boda sencilla y fin; pero la mayoría casi juraba que se haría un viaje al país natal de la novia, Japón. Aunque el asunto de que era un hombre embarazado fue cubriéndose con el hecho de que era seguro que Yuuri fue nacida mujer quien quiso ser un hombre pero se enamoró del Señor Nikiforov y pues al final, resultó embarazada.

En fin, habían pasado muchas cosas en estas dos semanas, desde la llegada del padre biológico del joven maestro Yuuri, la llegada del abuelo, los señores Nikiforov, los padres del joven japones hasta la boda que fue anunciada hace unos días.

Ya era hora de poner las cosas en orden.

—¿De que quiere hablar señora Hiroko?— La hermosa dama de cabello plateado se sentó en el sillón individual mientras miraba a la mujer de similar edad sentada del otro lado de forma tranquila.

—Mmh, es simple, el joven Víctor ha pedido la mano de mi hijo así que ya he dejado pasar suficiente tiempo y quisiera saber como pretende proseguir— Hiroko tomó un poco de té que aún seguía caliente.

—Sabe señora Hiroko— Pero esta la interrumpió levantando su mano.

—Puede llamarme Hiroko sin nada más, seremos familia después de todo— Sornió y dejó de la mujer prosiguiera.

Dasha sintiéndose algo incómoda por las palabras las ignoró y siguió:— Hiroko... No se si usted sabrá o recuerda de su familia pero en cada organización se tienen ancianos que cuidan del Clan, en mi caso tenemos a seis y créame este compromiso no se llevará a cabo — Sentenció fríamente.

—¿Según usted? Bien, dejaré esos asuntos a mi hijo pero de una cosa si estoy segura Dasha san, a mi hijo no lo dejará así y menos a mi nieto — Los ojos de la mujer japonesa se volvieron negros y con tinieblas con promesas asesinas. De un costado sacó un par de hojas blancas llena de nombres — Tenga la lista de invitados de parte de la novia, son conocidos en nuestra familia así como amigos de mi hijo, no son muchos así que espero que como padres del novio revisen y adjunten los suyos para proseguir con el evento, permiso— Hiroko se levantó y su bonito vestido color cerezo se desplegó mientras salia de la sala.

Dasha quien apretó las blancas manos en puños tomó las hojas dejadas en la mesa con fastidio, la mirada de la mujer le dijo que aunque no estaba al poder de su organización en el Clan Yakuza no era tan simple como se hacía ver. Comenzó leyendo los nombre de la lista, la caligrafía era muy ordenada siendo esa el sonido de la pronunciación de los nombres, luego vinieron algunos nombres rusos que ella desconocía así como otros de otros países pero, un nombre en la lista la hizo temblar inconscientemente.

Lilia Baranovskaya

—¡¿Cómo?!— Dasha desechó las otras hojas y sostuvo donde se encontraba aquel nombre. Se paró abrupta mente.

Dasha sintió miedo, ¡De verdad sintió mucho miedo! Casi algo parecido al terror de solo escuchar ese nombre ¡Pero ahora estaba escrito en una hoja de papel de aquella persona que ella misma estaba negando! ¿No era eso solo buscar su propia muerte o la del Clan directamente? 

Varios recuerdos comenzaron a desplazarse como una cinta que era desempolvada después de haberse guardado durante tantos años, con temblores en todo su cuerpo recogió las hojas que cayeron al suelo y salió de prisa de la sala cual era abierta por Belén quien se detuvo al ver a la Señora salir como si alguien le estuviera apuntando con un arma en su corazón ni tiempo tuvo de preguntar si sucedía algo cuando esta se fue directo al segundo piso.

—¡Sergie! ¡Sergie!— Dasha como hace ya ocho años entró estrepitosamente al estudio que compartían padre e hijo ya que el suyo estaba del otro lado del corredor.

Sergie se caminaba apresurado cuando la puerta se abrió y vio a su esposa sosteniendo un par de hojas con su rostro pálido lleno de miedo, asustado porque solo muy pocas cosas asustaban así a su esposa la llevó a sentarse y esta no paraba de temblar hasta que este la abrazó dejando que un par de cálidas gotas saladas tocaran su hombro.

Entonces Dasha habló: —Sergie, ella... ella esta con ellos ¡Ella esta aun aquí!— Dasha se despegó de su esposo al decir aquello.

—¿Ella? Explícate Dasha— Sergie no podía entender a que se refería su mujer.

—¡Esa mujer! ¡Lilia Baranovskaya!— Los gritos de Dasha alertaron a los guardias que entraron pero fueron sacados por Sergie con una orden de buscar a Celestino.

—¡¿Baranovskaya?!— Prestando atención a las palabras de su esposa la imagen de una mujer de cabellera rubia y vibrantes ojos verdes apareció, con una mirada tan helada que llenaba a lo profundo de sus huesos con solo una palabra: Venganza. —¿Estas segura de ello?— Dijo con una voz algo ansiosa. 

—¡Lo estoy! Esta en la lista de invitados de ese chico ¡Yuuri! ¡Él y ella se conocen!— Dijo Dasha mientras comenzaba a recordar los malos momentos que hizo pasar al joven y quiso matarse o cortarse la lengua en ese momento.

Sergie tomó las horas en las manos de su compañera y pronto encontró el nombre, ¡Era verdad!

—¡¿Qué hacemos?! ¡Ella va a-!— 

—¡Dasha! ¡Tranquilízate! Ella tiene una amnistía confidencial con nosotros ¿Recuerdas?amnistía Sergie hizo reaccionar con esfuerzo a su esposa que recobró el sentido.

Lágrimas corrieron por los ojos de Dasha—Sergie, no quiero tener la sensación de perder a mi hijo una vez mas ¡No lo quiero!—

—No lo harás ¿Entiendes? — Sergie espero a Celestino para saber los detalles de esta persona y su relación con Yuuri Katsuki.

Lilia Baranovskaya, la Zarina dentro de las Zarinas, hace ocho años tuvieron la desgracia de ponerse en su camino, antes, no solo eran la Rosa Negra y ellos, Corona de Plata quienes reinaban en el mundo oscuro sino también una organización llamada Zarinas, un Clan donde las mujeres dominaban y hacían ejercer su poder, este era muy discreto a pesar de todo. Cuando ella las investigó supo que no era un Clan del cual hacerse enemigo ya que eran muy feroces cuando buscaban algo así como ingeniosas. Todo eso acabó cuando Rosa Negra y ellos estuvieron el una persecución cerca de las 10 de la noche hace ocho años involucrando a un coche que pasaba en ese lugar.

En el interior iba Lilia quien no puedo salvarse de verse envuelta, cuando se dieron cuenta ya era tarde el coche había estrellado a un porte y con ello arrebatado al hijo de la Zarina, un niño de nueve años. La mujer ya no podía tener hijos y esto más la muerte de su hijo hizo del próximo año una cacería a sangre fría. Rosa Negra no fue la excepción y pagó caro, nueve de sus integrantes más valiosos fueron asesinados o torturados hasta la muerte; de Corona de Plata ocho fueron asesinados y el noveno cayó en cabeza del único heredero legitimo de los Nikiforov, Víctor. Fue asediado cuando tenía 20 años y tuvieron que sacarlo del país, sólo con mucho esfuerzo Dasha y Sergie pudieron salvar a su hijo de una muerte inminente.

Una amnistía: Tendré un hijo cual dejaré mi legado cuando muera, sangre de mi sangre no será pero mi voluntad absoluta será para él, si lo tocas, lo pagaran muy caro. Cuídalo y te será recomenzado. 

—¿Y si resulta que Yuuri Katsuki sea el 'hijo'?— Dasha tenía miedo.

—Todo será — Mencionó Sergie y la puerta se abrió.

—¿Me buscaba maestro?— Celestino entró.

—¿Qué relación tienen el joven japones Yuuri y Lilia Baranovskaya?— Fue al grado, Celestino solo los miró asombrados, sabía de quien era ese nombre.

—Lo averiguaré

[***]

Holi~

Una Noche, Para Toda La VidaWhere stories live. Discover now