V

83 12 0
                                    

Miércoles 13 de Noviembre

Miss Dupain seguía mal esta mañana, y Caroline y Louisa insistieron en que se quedara en Netherfield hasta que estuviera totalmente recuperada. No insistirían tan vehementemente si no fuera por lo aburridas que están, el clima es malo, y no hay nada para ellas que hacer dentro de la casa, por lo cual estaban deseosas de persuadirla a quedarse.

Luka se empeñó en mandar a llamar a Mr Jones, el boticario, tan pronto como se enteró de que ella no estaba mejor.

—¿Es en verdad necesario?— le pregunté. —Tus hermanas parecen pensar que no es más que un dolor de garganta y una jaqueca.

—Nadie sabe a dónde un dolor de garganta y una jaqueca pueden llegar— respondió Luka.

Una nota fue enviada a Mr. Jones; y otra a la familia de Miss Dupain, y después nos sentamos a desayunar.

Estábamos todavía en el comedor cuando se presentó un disturbio en el pasillo. Caroline y Louisa voltearon desde sus tazas de chocolate, indagando en sus miradas y en la de su hermano.

—¿Quién podría visitarnos a esta hora, y con este clima?— preguntó Caroline.

Su pregunta fue pronto respondida al abrirse la puerta y al aparecer Miss Marinette Dupain. Su ojos estaban brillantes y sus mejillas sonrojadas. Su ropa mostraba signos de su caminata y sus botas estaban cubiertas de lodo.

—¡Miss Dupain!— exclamo Mr. Hurst, mirándola como si fuera una aparición.

—¡Miss Dupain!— repitió Caroline. —¿No habrá venido a pie?— pregunto, perpleja, mirando sus botas y sus enaguas, los cuales estaban llenas de barro por seis pulgadas.

—Si— respondió, como si fuera lo más natural del mundo.

—¡Caminar tres millas a estas horas de la mañana!— dijo Caroline, mostrando una mirada horrorizada a Louisa.

—¡Y con tan mal tiempo!— exclamo Louisa, regresando su mirada.

Luka no estaba sorprendido por nada de eso.

—Miss Marinette Dupain, que gentil por su parte en venir— dijo, saltando hacia ella y estrechando su mano. —Su hermana está muy enferma, me temo.

Caroline se había ya recuperado de su sorpresa, cuando dijo.

—Vamos, Luka, no la preocupes— y volviéndose a Mis Dupain. —No es más que una jaqueca y un dolor de garganta. No durmió muy bien, pero se ha levantado esta mañana. Aunque tiene algo de fiebre y no está lo suficientemente bien como para dejar su cuarto.

—Debe de tener frio y estar mojada— dijo Luka, mirándola con preocupación.

—No es nada. Suelo caminar en las mañanas. El frio y la humedad no me molestan. ¿Dónde está Chloé? ¿Puedo verla?

—Claro— respondió Luka. —La llevaré a su habitación ahora mismo.

No podía evitar pensar en el esplendor que el ejercicio le había dado a su complexión, aunque me pregunte si debería caminar tal distancia sola. Si su hermana hubiera estado en peligro, tal vez, pero ¿por un resfriado?

Luka dejo el salón con Miss Dupain. Caroline y Louisa, sintiendo como obligación para ellas como anfitrionas el ir, los siguieron. Luka regresó pronto, dejando a sus hermanas en el cuarto de la enferma.

—Tenemos que irnos— le dije, mirando el reloj.

Habíamos quedado de vernos con los oficiales para un juego de billar. Podía notar que Luka no quería ir, pero lo persuadí de que se haría pasar por una ridiculez si se quedaba en casa solo porque una amiga de sus hermanas tenía un resfriado. Parecía que estaba a punto de protestar, pero tiene el hábito de escucharme y aceptar mis consejos. Estoy agradecido de ello. Coronel Forster hubiera considerado muy raro que hubiéramos cancelado nuestro compromiso por tal pretexto.

Pride & Prejudice  (Adrinette)Where stories live. Discover now